MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 29 de Noviembre de 2012

Empujón a desarrollo de infraestructura

 

Hasta el momento, la economía colombiana no ha sido impactada fuertemente por la crisis internacional. No obstante, se pueden empezar a sentir sus fuertes efectos a comienzos de 2013. Las expectativas de crecimiento mundiales no son muy altas y eso tiende a influir en el descenso en el precio de commodities, especialmente los del carbón y petróleo, lo que afectaría considerablemente la dinámica comercial internacional y de esta manera la economía nacional, en la que más del 70% de sus exportaciones proviene de la bonanza minero-energética, principalmente en estos dos energéticos.

Bajo este panorama, la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana considera que es el momento propicio para que el Gobierno siga actuando de manera más decidida con la formulación de una política industrial moderna que no sólo involucre todas las herramientas y mecanismos que día a día viene implementando, sino que instrumente más medidas que apoyen a las ramas industriales que más caen,  además de que aproveche las condiciones de coyuntura actual, tales como los potenciales encadenamientos del boom minero-energético o la puesta en marcha de los proyectos de infraestructura que se han anunciado recientemente empezaran en ejecución final en 2013. 

Efectivamente, el despegue de la locomotora de la infraestructura, según la Ministra de Transporte, va a contar con una inversión de más de $ 46,6 billones destinados a proyectos viales como los corredores prioritarios para la prosperidad, los caminos a la prosperidad y la cuarta generación de concesiones; así como a proyectos del sector portuario, fluvial (obras en el río Magdalena), férreo (ampliación de la red férrea), aéreo (aeropuertos y terminales de carga) y los sistemas de transporte masivo.

El sector industrial debería entonces aprovechar el despegue (¿definitivo?)de esta locomotora de la infraestructura, empujar y subirse como uno de los motoristas principales de esos vagones, sacando provecho de las sinergias positivas que se pueden generar en algunos sectores fabriles como los de productos derivados del petróleo, químicos, hierro y acero, metalmecánica, ferretería, productos de caucho, plástico y vidrio, entre otros. De esta manera, se pueden aprovechar las obras a las que se dará comienzo para impulsar ciertos sectores de la industria, fortalecerlos y frenar su desaceleración, tal y como lo sugerimos en su momento con la construcción de las 100.000 viviendas de interés social.

En el Congreso Nacional de Infraestructura llevado a cabo la semana pasada se ratificó la importancia de superar el rezago en infraestructura para fortalecer la competitividad y aprovechar las ventajas de la globalización, los tratados de libre comercio y elboom minero-energético.

De esta manera se hace necesario solucionar problemas como la mala calidad de la información sectorial sobre infraestructura, ya que, por ejemplo, no se cuenta con cifras oficiales sobre las vías pavimentadas, como lo mencionaba el director de Fedesarrollo con base en un estudio de la institución. Asimismo se deben enfrentar los retos que impone la difícil geografía colombiana tales como la topografía montañosa, la lejanía entre los centros de demanda y los fenómenos climáticos que deterioran la infraestructura. El bajo nivel de inversión pública y privada también es destacado como un problema relevante, aunque esperamos que con esta nueva ola de inversiones se fortalezca la infraestructura y el país aumente su competitividad, apoyado por la industria manufacturera nacional como proveedora de bienes e insumos necesarios para los procesos constructivos.

*Vocera de la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana