MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Noviembre de 2013

El camino de la competitividad

 

Una de las conclusiones importantes del Índice Global de Competitividad Departamental 2012 construido por la Cepal es que los departamentos que han liderado el escalafón durante la última década, como Bogotá, Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca y Santander, avanzan en su nivel de competitividad a un mayor ritmo, aunque el número de departamentos en los niveles altos se redujo, y ha habido una mayor concentración en los grupos de menor competitividad. Así, en los últimos lugares se encuentran Chocó, Guaviare, Putumayo, Amazonas, y La Guajira.

Lo que nos muestra este primer resultado es que las brechas entre departamentos, en términos de competitividad, se han venido ampliando con el paso de los años en lugar de reducirse, y que por lo tanto, los departamentos que siempre han contando con un mayor nivel de desarrollo siguen avanzando por la senda de la competitividad, mientras que las regiones históricamente rezagadas no muestran progresos en este sentido. Los factores en los que hay más deficiencias son la fortaleza económica, ciencia y tecnología, y gestión y finanzas públicas. No es para menos, cuando muchas regiones no han tenido una integración efectiva en la dinámica económica del país, como Chocó, Amazonas, Guaviare y Putumayo, que también tienen un bajo desempeño en capital humano.

En cuanto a ciencia y tecnología se rajan un mayor número de departamentos, a pesar de que la innovación fue uno de los sectores considerados como estratégicos por el Gobierno actual. No obstante, recordemos que las regalías destinadas a ciencia, tecnología e innovación no han podido ser usadas por los departamentos debido a la falta de un marco legal claro que guíe el proceso de asignación de recursos a los respetivos proyectos. La gestión y las finanzas públicas han sido débiles en departamentos como La Guajira, Putumayo, Chocó y Amazonas, lo que nos muestra que hay falencias en la inversión en infraestructura y en la provisión de bienes y servicios públicos domiciliarios, sociales y de seguridad en estas regiones. Estos malos resultados reflejan la falta de transparencia en la administración de los recursos públicos que ha afectado a Colombia desde hace décadas.

La competitividad es un ingrediente fundamental del desarrollo, que permite un mayor dinamismo económico y social, y una integración efectiva en el mercado mundial. Sin embargo, este Índice está reflejando el débil progreso a escala regional, la continua ampliación de la brecha entre departamentos, y las deficiencias generales en los determinantes de la competitividad.

Por lo tanto, como lo he mencionado en varias ocasiones, es necesario dar un lugar prioritario en la agenda de política a la innovación. Entre otras cosas debe haber coordinación entre la agenda nacional y las agendas regionales, así como entre las instituciones, sin dejar de tener en cuenta las particularidades, problemáticas y capacidades específicas de cada uno de los departamentos. Además, se debe agilizar la ejecución de los recursos dirigidos a infraestructura, en donde este Gobierno ha mostrado considerable atraso. Y se deben reforzar factores como la educación, la seguridad, la salud, la confianza en las instituciones y la capacidad del aparato productivo, con el final de obtener resultados contundentes en términos de competitividad, resultados que este Gobierno no ha mostrado hasta el momento.