MAURICIO BOTERO MONTOYA | El Nuevo Siglo
Lunes, 20 de Agosto de 2012

El Fiscal General

 

El aparato de justicia que en Colombia tiene más de aparato que de justicia ha propinado otro golpe espectacular a la moral pública al detener a un exsecuestrado acusándolo de asesino.

La telenovela la inició el fiscal Montealegre en la televisión anunciando que tenía unas pruebas que harían estremecer el país. Hizo detener al exdiputado del Valle cuya familia y él mismo sufrieron siete años la tortura revolucionaria del secuestro en la selva.

La sospecha principal, la verdad, es que el secuestrado había salido con vida mientras que los otros exdiputados fueron ejecutados. De esa confusa sospecha salió el resto de la infame tramoya. Empezó la Fiscalía a ofrecer recompensas a delincuentes detenidos para acusarlo. Se mostró un vídeo de un guerrillero de semblante semejante al exdiputado pero que no era él. Cuando otros testigos desinteresados insistieron que se trataba de un error de persona, el alegre fiscal puso efectos especiales a su novelón y a través de los medios anunció con estridencia que haría intervenir al FBI. Pero ese acto de confianza en nuestro talento nacional tampoco le fue favorable. Tras meses de acosar a la sufrida y heroica familia del exdiputado López, ha tenido que soltarlo ante la enormidad de la infamia cometida “en derecho” como no cesa de repetirlo el Fiscal General en su último atentado contra la moral pública y el sentimiento de justicia ciudadana.

Menos mal que no se dejó llevar por la voz del procurador Ordóñez que advertía la peligrosidad del exsecuestrado para negarle la casa por cárcel. Porque aquí el legalismo aparatoso oscila entre la pantalla Montealegrana de la farándula y el tono funerario de Torquemada y Savonarola del Procurador. Estamos, como en la novela, entre el orgullo y el prejuicio.

Total ¿qué quería ocultar el Fiscal con el encarcelamiento de López? Ocultar las maniobras en la reforma a la justicia que, por otro escándalo, fracasó. ¿Cómo va a pagarle al exdiputado y al país el mal que ha hecho? Si renunciara ya sería al menos un gesto. Pero no hay que pedirle gestos al que urde cortinas de humo inhumanas. Al abogado enriquecido por los traficantes de la salud. Tenemos en la Fiscalía lo que tenemos. La justicia colombiana está tan desprestigiada como el Congreso. Y sentimos vergüenza patria por lo que se le hizo a la familia López.