El 20 de octubre de 2021, Malcolm Deas fue invitado a impartir una charla en el acto inaugural de la Cátedra Europa, como que en su edición vigésima cuarta el país invitado era el Reino Unido.
Tanto el Rector Adolfo Meisel como Malcolm Deas abordaron el tema de Gran Bretaña y Colombia. El profesor Deas no quiso entrar en el tema del papel de Gran Bretaña en la independencia de Colombia porque dijo que lo que le había interesado mayormente era “lo que ha sucedido en este país después de la independencia”. Hizo referencias a lo que llamó “cierta anglomanía entre los colombianos”.
Afirmó que en esa época hubo un auge de la moda inglesa y recordó que había habido grandes inversiones en minas y especulaciones monetarias, de lo que denominó “una breve primavera falsa”.
Como era su costumbre, mencionó un dato no muy conocido: el papel de un graduado de Oxford, llamado Samuel Bond, quien compartía con Miguel Antonio Caro las delicias de la lengua latina, en su calidad de maestro de la misma.
Aunque reconoció la influencia política de Estados Unidos en el diseño y en nuestra Constitución porque era un modelo muy atractivo, aunque todavía no era un país tan importante en el contexto internacional de principios del siglo XIX. A pesar de que reconoció que entre los liberales colombianos era de rigor la lectura de la obra de Jeremy Bentham. Dice que era la biblia para ellos. Recuerda que también leían al padre de John Stuart Mill, cuyos libros, añade, se encuentran en varias bibliotecas de Colombia y que a otros ingleses los leían como a éste, en versiones francesas y recuerda la traducción que hizo Florentino González de John Stuart Mill.
En esa charla se refirió especialmente a la experiencia de Rafael Núñez en Inglaterra, principalmente, en Liverpool. Malcolm Deas decía, en broma, que si él hubiera tenido que elegir un candidato para el 2022, habría revivido la figura de Rafael Núñez y alegaba que la Constitución colombiana no lo prohibía. Afirmaba que era muy anglófilo.
Consideró que era “el periodista de mayor peso y el más importante del Siglo XIX en Colombia; su obra es enorme y mucha es de actualidad sorprendente”. Dice que era muy crítico de la política francesa. Y recomienda que se haga un bue estudio sobre la presencia de Núñez en Europa. Señala que lo que más le interesó a Núñez en la política inglesa fue “el gradualismo de las reformas” y su admiración por el sistema Gobierno-Oposición. Comenta que “le gustó mucho la moderación de los radicales ingleses y la relativa apertura de los conservadores”. Y deplora que los académicos no se hayan interesado en la gran influencia inglesa en Núñez.
Y, para terminar, anuncia unas afirmaciones provocadoras “que Colombia es la más inglesa de todas las repúblicas de América Latina”. Y subraya que la similitud de la sociedad colombiana con la inglesa es “la ausencia de grandes gobiernos autoritarios en su historia. Exalta también la existencia histórica del bipartidismo y concluye “hay que reconocer que ambas sociedades son profundamente clasistas”. Ambas sociedades, dice, “han carecido de revolución social”. “Es posible afirmar que ambos son países reformistas, y ese reformismo en Colombia me parece que no ha sido estudiado suficientemente, pero es muy fuerte”.
El último párrafo de su charla es, como lo anunció, provocador. Aunque él lo califica como una duda: “¡mi escepticismo se extiende a la retórica de la integración latinoamericana. ¿Posible? Claro que no. ¿deseable? Lo dudo. Espero que los colombianos valoren su singularidad, de manera lúcida y sobria, sin imitar la reciente intoxicación inglesa”.
Me parece que el auténtico perfil de Malcolm Deas queda bien recogido en estas observaciones y citas que solamente una persona de su calibre intelectual y de su característica independencia podía hacer.