En la nueva Chancillería o sea la de este gobierno, en donde los escándalos no paran, es increíble observar cómo la toma de decisión de uno o varios funcionarios, que afirman hacerlo con análisis y rigurosidad, por politiquería o falta análisis prospectivo nos llevaron a una cuasi crisis en las migraciones.
Todo comenzó por tratar de arreglar una acumulación de trámites de visas de tránsito en la embajada de Colombia en Cuba, país amigo del actual gobierno, ampliando en la normatividad vigente el número de países, solucionando la acumulación, en vez de buscar otra solución. Lastimosamente, no se pensó en la situación migratoria mundial, y que quienes iban aprovechar eran las mafias de migrantes, trata de blancas que negocian, llevando incautos hacia los Estados Unidos ya sea por la selva del Darién o llegando desde Colombia al Salvador y Nicaragua. Para estos traficantes no importan las familias, la dignidad o vida de los seres humanos. Su objetivo y lo que vale es el dinero.
El cambio que se suscitó fue ampliar en el artículo 8 de la Resolución 5488 del 22 de julio del 2022, las visas tipo V o visas de tránsito. Se incluyeron catorce países, nueve pertenecientes al África y el resto a países asiáticos. Recuerdo que esas visas eran tratadas con mucho cuidado, especialmente en el África, en donde no existe reciprocidad con Colombia ya que ellos son muy estrictos llegando a la deportación inmediata. Allí no valen las vías diplomáticas.
Los nueve países del África son: Argelia, Republica de Centroáfrica, Cabo Verde, Libia, Tanzania, Senegal, Uganda Togo, Guinea.
Colombia, sin exigir a las aerolíneas rigurosidad en los trámites, permiten que los pasajeros en tránsito permanezcan 24 horas o incluso días a la espera de sus vuelos, muchos con pasaportes fraudulentos o con la falta de requisitos como una visa o permiso en los países con destino final y los tiquetes correspondientes.
Colombia es la ruta de moda para migrantes y sus correspondientes mafias. La situación estalló por las quejas de los viajeros colombianos que no habían vivido la experiencia de ver tanta gente en situaciones antihigiénicas viviendo en el terminal, en espera de vuelos. Allí se encontraron los niños que fueron dejados por sus familiares por no tener los requisitos que se exigen.
Esto nos llevó a que Migración y Bienestar Familiar comenzaran a buscar salidas para ubicar familias y garantizar, como es lo debido, los derechos de estos jóvenes o niños.
Señor viceministro y señores de la Cancillería, las cosas se deshacen como se hacen. Retiren los países incluidos en el artículo 8 y por favor devuelvan a los colombianos la tranquilidad que nos merecemos, ya que quienes pagamos sus sueldos más lo de Bienestar Familiar y Migraciones, somos nosotros.
La Cancillería debe obrar con sensatez y profesionalismo, como nos tenía acostumbrados, dejen actuar a los funcionarios de carrera que no están nombrados por el actual gobierno con seriedad y con conocimiento, para eso fueron formados. No protejan más a los corruptos a las mafias que quieren acabar con nuestra imagen internacional lograda con mucho trabajo durante muchos años. Y sobre todo atajen a los que improvisan por su falta de preparación consular y diplomática.