Monseñor Libardo Ramírez Gómez* | El Nuevo Siglo
Domingo, 12 de Abril de 2015

 

“Serio ambiente de fe y búsqueda de conversión”

RELIGIÓN, ARTE Y CULTURA

No solo procesiones        

 

Majestuosas,  ordenadas, inspiradas en fe y tradición, con arte y mística religiosa, las procesiones de Semana Santa en Popayán. Con rectitud de corazón van actuando las gentes en sencilla búsqueda de la gloria del Padre y gratitud al Hijo de Dios hecho hombre que padece, muere y resucita con amor infinito, da origen a estas celebraciones. Es esto cuanto se expresa en esa Semana Santa que se celebra desde hace 459 años con tradiciones rituales, con preciosas imágenes colocadas en andas engalanadas con gusto artístico. Allá se unen Religión, Arte y Cultura.

Habrá detalles que se realicen con sentimientos opacos, por ostentación, mera tradición o ritualismo, pero no es ese el eje de las celebraciones sino la semilla de fe fervorosa que se sembró en las almas creyentes venidas de una España que renacía a la fe cristiana después de siglos de sometimiento al Islam. Buscaban los seguidores del divino Nazareno que el Cristo doliente perdonara sus pecados y diera bendiciones al nuevo vivir en estas nuevas tierras de la Indias Occidentales. Allí fue el origen en 1556, a los 20 años de su fundación por un grupo de creyentes que organizó con fervor la primera de las ahora más de cuatro veces centenaria Semana Santa en Popayán.

Nacen en el Macizo Colombiano, asentado en tierras caucanas, grandes ríos que con sus benéficas aguas bañan a Colombia, y surge, también en esos lares esta fuente de bendición para nuestra Patria, confortante religiosidad cultivada por almas fervorosas con los delicados detalles de la Semana Santa, en esta capital del Cauca. Bajo este influjo se meció la cuna de ilustres pensadores como Caldas, Torres y Valencia, de gobernantes como los Mosquera y José Hilario López, del santo pastor Manuel José Mosquera.

Al acercarme en esta Semana Mayor de 2015 a esta ínclita ciudad, he constatado que cuanto se tiene en su famano son solo celebraciones.Hay en gran número de gentes serio ambiente de fe y sincera búsqueda de conversión. Se percibe que es timbre de honor para las jóvenes ser “sahumadoras” de ésta o aquella venerable imagen, y gran honor para los jóvenes servir como “cargueros”, servicios para los cuales reciben seria preparación espiritual. Es esmerada tarea de los pastores de almas ese cultivo que mantiene auténtica dimensión religiosa que han de tener estas celebraciones.

Gran contribución a mantener en la debida altura y profundidad estas expresiones de religiosidad ha sido el cultivo en esta Arquidiócesis del Proceso o Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE), que en forma sencilla, con notable contenido doctrinal y medios efectivos de pedagogía y perseverancia lleva a personas en ambiente comunitario, a la alegre vivencia de la fe proclamada por el Vaticano II. Continuando la gran labor de excelentes pastores del pasado con Juan Manuel González, Diego María Gómez, Silverio Buitrago y Alberto Giraldo, va incrementando el avance pastoral y vivencia de la fe el actual arzobispo, Iván Antonio Marín, quien lleva 16 años liderando esta parcela del Señor.

Conversión a Dios y al servicio de los hermanos, fe vivida desde los más sencillos detalles, celo apostólico de los pastores y de los mismos fieles laicos, defensa de la familia y de la vida, alegría en la vivencia del Evangelio, son aspectos que en nuestros días se tienen en cuenta, dando renovado sentido en la Semana Santa de Popayán. Majestuosas, inspiradas en la fe y como preciada herencia de los mayores sus procesiones, pero no es eso solo el contenido de esta jornada religiosa, baño espiritual de la ciudad, de la región y de Colombia. Se ha infundido saludable compromiso de que “La principal procesión ha de ir por dentro”, mayor aún que las externas manifestaciones. Ha de ser inicio de un alegre y permanente seguimiento de Jesús.

monlibardoramirez@hotmail.com

*Presidente Tribunal Ecco. Nal.