Los debates que han venido haciendo distintos medios de comunicación con los candidatos al cargo de Presidente de la República han dejado ver que muchos pareciera que están es haciendo campaña, pero viendo cómo pactan ser fórmula para vicepresidente de la República o logran adquirir mayor imagen, porque lo que realmente pretenden es ser candidatos al Congreso de la República, y por otra parte, que muy pocos de los candidatos tienen calidades de estadista y un verdadero conocimiento de la compleja situación que vive nuestro país.
También estamos viendo que los partidos y movimientos políticos están viviendo una inmensa crisis de ideas y liderazgo, tema que es muy grave, pues nos puede llevar al debilitamiento de las instituciones y por ende de la democracia.
Necesitamos partidos fuertes, con líderes e ideas que nos lleven a tener mayor solidez de nuestra democracia.
Todo este diagnóstico nos tiene que llevar a que tengamos como primera prioridad, en los debates electorales que se nos avecinan, la elección de buenos y comprometidos Senadores y Representantes a la Cámara que componen el Congreso de la República, que estén limpios de actos de corrupción y de vínculos con delincuentes o movimientos al margen de la Ley.
Debemos elegir a 108 senadores, de los cuales 100 son de circunscripción nacional, dos de circunscripción especial indígena, cinco que representan al partido Comunes, movimiento que nace como consecuencia del proceso llevado en La Habana y un senador restante quién será quién ocupe el segundo lugar de las elecciones para Presidente de la República.
En la Cámara de Representantes elegiremos a 188 parlamentarios, de los cuales 161 corresponden a los 32 departamentos y al Distrito Capital de Bogotá, dos por la circunscripción de las comunidades afrodescendientes, uno por la circunscripción de las comunidades indígenas, uno para los raizales de San Andrés y Providencia y uno por la circunscripción internacional. El número de representantes se completará con dieciséis representantes de las víctimas del conflicto, cinco del partido Comunes y una última curul que se otorga a la fórmula vicepresidencial que ocupe el segundo lugar en las elecciones presidenciales.
Por lo anterior, todos los colombianos debemos hacer un esfuerzo para elegir personas que quieran servir y estén comprometidos con la democracia del país, que tengan un conocimiento de la Nación, que insisto no estén vinculados en procesos de corrupción o con vínculos con delincuentes o alzados en armas; que tengan las calidades y cualidades que les permitan ejercer sus funciones por encima de cualquier interés personal u oculto, pues el Congreso será la herramienta fundamental para un próximo gobierno y de la fiscalización del mismo.
En la medida que escojamos buenos candidatos, tendremos mejores garantías y un verdadero veedor y fiscalizador del gobierno que elijamos para el periodo constitucional 2022-2026.
No olvidemos que Colombia necesita en los actuales momentos de los mejores.
Pasadas estas elecciones de Congreso, que será un primer paso, deberemos escoger nuevo Presidente y Vicepresidente de Colombia, no olvidando que la responsabilidad en nuestra escogencia es superior, más teniendo en cuenta que estamos en un momento del país que tendremos que sacarlo de sus dificultades, tareas que no serán fáciles, pues de los contrario caeremos en el fondo del abismo.
El expresidente Carlos Lleras Restrepo habló en alguna oportunidad que Colombia no podíamos dejarla descuadernar y creo que ese término es el apropiado para usar hoy.
En nuestras manos y nuestra inteligencia, está el futuro del país y de nuestros hijos.
No podemos ser inferiores a la responsabilidad de la hora presente, pues nuestros descendientes no nos perdonarían.