Se inicia en el país un periodo crucial ¿Cómo se van a negociar los levantamientos del paro? ¿A qué costo? Es entendible que las autoridades estén presionadas y ansiosas para solucionar cuanto antes el grave problema de los paros. La ciudadanía también lo está. Pero este complejo proceso requerirá pulso firme por parte de los negociadores gubernamentales, capacidad para decirle no a los promotores si es necesario, y una gran transparencia. Nada de lo que se acuerde debe ser opaco o por debajo de la mesa. Todo -recordémoslo bien- tiene repercusiones presupuestales. Así como no hay almuerzo gratis tampoco hay levantamiento de paros gratis.
Todas estas reflexiones se me vienen a la cabeza al enterarme que el ministerio del transporte y la ANI han concluido una dispendiosa negociación con doce organizaciones de camioneros (solo dos firmaron, pero constituye un precedente para los demás) que consta de 29 compromisos; uno de los cuales consiste en que la ANI accedió a que no haya peajes en las concesiones de quinta generación (5G) distintos de los ya existentes.
Será muy importante que el ministerio de transporte y la ANI explicaran de qué manera esta negociación afectará la realización de las concesiones futuras denominadas como 5G. Pues, como se sabe, sin peajes es imposible que estos costosos y estratégicos proyectos puedan concretarse. Sería bien paradójico que por desactivar las amenazas de paro termináramos renunciando a tener obras de primeras especificaciones como las que necesita la modernización del país.
Las vías que se deben construir bajo el rótulo de 5G comprenden un ambicioso programa de proyectos que incluye, entre otros, la nueva malla vial del Valle del Cauca con accesos a Cali y Palmira; la doble calzada entre Buga y Buenaventura (quizás el proyecto de infraestructura vial más estratégico y urgente que tiene el país entre manos), y otros doce proyectos de última generación cuyo costo se estima entre 30 y 40 billones de pesos. Comprende también dos modernizaciones fluviales, otra férrea y tres aeropuertos. Es decir, la modernización de la infraestructura del país depende de que los proyectos de las concesiones 5G se puedan ejecutar oportunamente.
¿Se podrá hacer esto sin peajes? Está bien que se controlen las tarifas de los peajes para que sus incrementos sean moderados, para que no suban por encima de la inflación, para que no haya abusos por parte de los concesionarios. Pero de ahí a que se renuncie a la existencia misma de los peajes suena muy extraño.
Naturalmente, estamos impactados por la visión de los vándalos quemando casetas de peajes a diestra y siniestra y quisiéramos que esto no vuelva a repetirse. Pero de allí a suprimir la figura misma del peaje en los esquemas de financiación de los desarrollos futuros hay un gran trecho grande lleno de incertidumbres. Es muy difícil que se logre el “cierre financiero” de los proyectos venideros si se suprime el elemento del peaje en su financiación.
Preguntas como ésta surgirán por montones cuando se empiecen a conocer los detalles de las otras negociaciones que se están iniciando. Las del comité de paro y las de las mingas. Ojalá las fórmulas a que allí se llegue permitan conjugar con lucidez la necesidad de levantar imperiosamente los paros, pero no a cualquier costo.
No es una tarea fácil la que afrontan las autoridades negociadoras. Autoridades que merecen nuestra comprensión, pero a las cuales va también nuestro llamado para que no vayan a negociar a cualquier costo. Pues, en tal caso, el remedio puede resultar peor que la enfermedad.