La mitología griega nos dejó el cuento de la “caja de Pandora” que, al abrirla, de allí salieron todos los males del mundo; en la mitología criolla no existe Pandora, sino “Teodora”, cuyas claves de su caja están en poder de dos personajes míticos: Alex Saab -reencarnación de Alí Babá- y el militar venezolano “el Pollo” Carvajal, jefe de la inteligencia de Chávez, ad portas de ser extraditado a USA. Algún día tendrán que abrirla, para saber dónde es que ponen las garzas y la misma Teodora y Petro, muy amigos del régimen dictatorial, van a tener que explayarse en explicaciones. Pero como el efecto teflón sigue intacto, ellos siguen sin mácula, mientras la que se está abriendo es la “caja triclave”, de nuestra Registraduría, manejada por el Master Chef Alexander quien ha sido blanco de críticas porque, al parecer, está cocinando algún pacto secreto con el diablo.
Al conocerse, a cuentagotas, los resultados electorales -tarjetones con borrones y tachones sospechosos- debemos registrar con pesar el desempeño del Centro Democrático, aunque resalto el éxito personal de Miguel, Paloma y, sobre todo, de María Fernanda, quien desde ahora se perfila como gran electora del futuro, quizás como la primera mujer presidente que vayamos a tener (si es que hay más elecciones) por su talante, por su discurso claro, desapacible e inteligente y por la contundencia de sus argumentos.
Pero lamento profundamente el declive del mejor presidente que hemos tenido, quien ahora atraviesa por su “laberinto”, como parodiando la obra garciamarquiana sobre el inmenso Libertador Simón Bolívar que lo llevaron, al atardece de su vida, prácticamente al ostracismo, denigrado por sus envidiosos y resentidos detractores.
¿Cómo no va a odiarlo la izquierda, si en ocho años casi les acaba su brazo armado? Y recuerden que ellos, siguiendo instrucciones de Chávez y de Maduro, juraron desquitarse del estadista y lo están logrando, pues de su gestión como primer mandatario la guerrillerada y la mamertada, con la complicidad de ciertos sectores de la justicia amañada y de amplios sectores de la educación politizada y comprometida -subproductos de la contracultura- se han puesto en la tarea de dar cartilla envenenada a los jóvenes, vendiéndoles, en vez de su excelente actuación como presidente, las ideas quiméricas del “matarife”, del mercenario guionista Guillén.
Y no podemos olvidar a su otro legítimo contradictor, el Santos Iscariote –moderno remedo de Santander- quien en campaña lo llamaba “el Segundo Libertador de Colombia” para llenarse de los votos de que adolecía -pues tenía más corriente un sanitario de hoyo- y al posesionarse fue corriendo a abrazarse con Chávez, el “extranjero” enemigo público número uno de Uribe (creo que me va a fusilar mi amigo Fernando Panesso, el último santista que queda, pues el “Roysputín” de la democracia colombiana y el otro lagarto, Benedetti, hace rato se le corrieron). Bien lo decía mi amigo Hugo Ramírez Benjumea, en sus charlas amenas y eruditas: “Bolívar (nuestro Uribe) era un genio universal mientras Santander (nuestro remedo de Santos) era un simple político colombiano”, quien también quedará petrificado con la apertura de la “caja de Teodora”.
Post-it. Tan deplorable como la profanación del templo por la primera línea, el postrado comunicado de la Arquidiócesis, sin excomuniones...