ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Febrero de 2013

Histeria fiscal

 

Los colombianos experimentan por estos días una especie de ‘histeria fiscal’ causada por una catarata de impuestos que desborda posibilidad de pago de los más pobres. No hay tanto en caja para atender requerimientos fiscales del Gobierno. Se vino un ‘alud’ de cargas impositivas que inició este mes con industria y comercio para personas naturales y empresas, seguida de controvertida valorización, luego predial, impuesto a vehículos y posteriormente declarar y pagar renta.

Claro, los ricos del país también se siguen encargando de financiar las Fuerzas Armadas a través del gravamen al patrimonio, otro tributo forzoso que sale del bolsillo de los más pudientes para equipar militarmente a soldados y policías en su lucha contra el hampa y la guerrilla.

Con semejante ‘arsenal’ fiscal, los hogares se están viendo a ‘gatas’ para honrar obligaciones y no entrar en mora con la DIAN. Los intereses son aún más caros de asumir. La gente apenas comienza a sentir los efectos de la reforma tributaria aprobada y sancionada el año pasado y que aumenta tarifas para los que más ingresos perciben, pero que igualmente, pone a declarar o a pagar a la mayoría de trabajadores e independientes. El ejecutivo quiere ampliar base de contribuyentes, propiciar equidad y trancar evasión. La reforma tributaria tocó el IVA de productos de la canasta familiar y otros servicios e incorporó cambios en obligaciones financieras de contribuyentes con la administración tributaria local y nacional. Puso a tono o sinceró las cargas buscando equidad impositiva.

Además, la valorización en Bogotá, (pasará a cirugía en quirófanos del Concejo y el Alcalde) sin pies ni cabeza, les puso pelos de punta a bogotanos, pues no asimilan que les llegue un nuevo impuesto sin que las obras ya financiadas hayan sido ejecutadas. El Distrito no les ha cumplido a ciudadanos por lo que ya pagaron y ahora no les pueden cobrar una nueva contribución sin ninguna retribución. Esta contribución seria congelada dos meses mientras se especifican los estratos de la población que deben asumirlo según el beneficio palpable de obras entregadas en la capital.

En varias regiones se vienen dando protestas por alzas desmedidas en el predial. Esta racha alcista de impuestos se da en momentos en que el país aún no sale del descalabro de obras públicas inconclusas.

Las familias quieren ver el rumbo que tomaron sus impuestos, antes de meterse la mano al bolsillo para asumir nuevos tributos. Los formularios por todo tipo de gravámenes llegan puntuales a hogares,  distinto a lo que sucede con ejecución de obras que no asoman.

¿Y la plata qué? ¿Pagar para qué? Inquietudes que causan desgano en muchos contribuyentes cuando de declarar o pagar impuestos se trata.