ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Enero de 2014

Acabó la fiesta

 

“Elecciones, tributos y paz en el devenir nacional”

 

El país vuelve lento y gradual a retomar forma, aunque la producción marchará en firme a partir del lunes 13.

Y como nación emergente, obligada a salir del rezago social y recobrar equidad y redistribución de renta, es preciso apurar la normalización de actividades productivas, trabajando sin tregua ni pereza por la resaca.

Estamos abocados a un mundillo político donde no escapamos a la politiquería, las componendas, trampas, compra venta de sufragios, marrulla pre y electoral y ‘jugadas’ maestras de caciques y gamonales para seguir mandando en  corporaciones públicas.

También asistimos a vertiginosa carrera por la Presidencia de Colombia, donde en el partidor, ya asoma con relativa ventaja el inquilino de la Casa de Nariño, Juan Manuel Santos. El candidato, Oscar Iván Zuluaga, aparece en línea de carrera como firme contrincante, dependiendo del sentimiento que en mayo tengan por su nombre los uribistas.

Nadie está a salvo de influencia proselitista de aquí a la eventual segunda vuelta a la primera magistratura. Tampoco a las votaciones para Cámara y Senado en marzo. Igual que el efecto que sentiremos residentes en Bogotá por las urnas del 2 de marzo en un intento ciudadano por sostener en la Alcaldía a Petro.

Al ser país de regiones donde subsisten el clientelismo y vieja clase política dominante y nada innovadora, los pueblos de Colombia estarán bajo influencia política. Ojala que este atípico clima social no contamine el buen momento que muestra la economía nacional.

Debemos despertar pronto de letargo por fiestas y festejos de navidad y año nuevo, asumir rápido el reencuentro con la realidad social y económica, la producción, el empleo, las obras civiles tan quedadas y la ejecución de la política macroeconómica que el Gobierno pondrá en marcha este año para seguir impulsando el tren de la prosperidad.

Los colombianos saben que pasó la fiesta y hay responsabilidades. Una de ellas es comenzar a ‘cuadrar’ caja para lo que viene en  materia de impuestos.

No hay que pasar por alto que en 2014 habrá nueva reforma tributaria, que aunque impopular, necesaria a juicio del ejecutivo, para cerrarle puertas a evasión, elusión y billonarios paraísos fiscales.

Una nueva reforma impositiva que no incluiría tributos adicionales, en opinión del Minhacienda, Mauricio Cárdenas. Amanecerá y veremos.

Otro tema puntual que no debe perderse de vista en tiempos de guayabo es el costo que tendremos que asumir todos los ciudadanos para financiar el postconflicto, cuando Gobierno y Farc lleguen a un acuerdo.

En la práctica es socializar la paz con esa guerrilla. Pagar de nuestro bolsillo lo que valdrá la reintegración de la subversión a la vida civil y política.

La paz es una esperanza de vida. Y tendrá un alto precio.