ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Abril de 2014

El caso alemán

 

La zona euro ha sido determinante la última década en apoyar la iniciativa privada de los más pobres: microempresarios y negocios familiares que responden en alto grado por producción, ventas y empleo. La crisis financiera y económica de varias economías fuertes en Europa llevó a que millones de personas montaran sus propios comercios o factorías.

Alemania es el mejor ejemplo de impulso al empleo formal a través de unidades familiares de producción contando con el respaldo del Gobierno mediante facilidades para acceder al endeudamiento y al leasing o arrendamiento financiero en el caso de pymes. El grueso de empresas alemanas a partir de su unificación está en las empresas familiares que soportan más del 70% del empleo formal. La caída del muro de Berlín también hizo caer restricciones legales que existían para montar pequeños o medianos centros de producción. El autoabastecimiento de materias primas, manufacturas y alimentos procesados está garantizado en Alemania gracias al emprendimiento de quienes optaron por su propia iniciativa.

El caso alemán confirma que si el ejecutivo asume acciones concretas, audaces y objetivas para respaldar el emprendimiento y la formalidad, se crean más negocios y se generan empleos nuevos y baratos.

Con un sistema financiero amistoso con el pequeño y mediano cliente es más fácil y sencillo acceder a líneas de crédito dirigidas a fomentar la mipyme.  Si hay respaldo o acompañamiento del Gobierno los bancos se animan a prestarles a los pequeños y se propicia ambiente de confianza mutua que redunda en una cartera sana.

Italia, España, Grecia, Francia, Reino Unido y Portugal hacen hoy experimentos similares a los de Alemania para bajar el alto desempleo y rescatar la iniciativa de empresarios. En la medida que el Estado no está en capacidad de responder por los empleos requeridos y menos las aporreadas grandes empresas, los gobiernos recurren al emprendimiento familiar para tejer formalidad.

Los inmigrantes latinos en eurozona, principalmente en España, trabajan en esa dirección. No hay una vacante. Hay recorte de personal en grandes compañías y el Gobierno no tiene presupuesto para nómina. Los extranjeros allí se las ingenian y hacen sus propios negocios familiares para combatir desempleo y pobreza. Igual camino tomaron forasteros en EE.UU. La última década aumentaron microempresas y comercios familiares como salida al desempleo y a las dificultades que enfrentan indocumentados y legales en ese país que apenas levanta cabeza tras casi 4 años de desaliento financiero y pobre desempeño industrial.

Efectivas experiencias de naciones grandes comprometidas con desarrollo y prosperidad. Colombia debe ir en esa dirección, apostarle al trabajo en familia, al desarrollo de mipymes, al empuje del emprendimiento, al microcrédito y al respaldo financiero.