ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Abril de 2012

Concertar

 

Sentido común de quienes sugieren que la nueva reforma tributaria surta trámite a partir de la legislatura que inicia el 20 de julio próximo.

De esta manera, el paquete impositivo podría ser socializado con los agentes económicos del país y su aprobación no tendría afanes para que en 2013 la reforma entre en vigencia.

Si la presentan antes, como muy seguramente ocurrirá, no habrá tiempo suficiente para estudiar todo su articulado y menos, de conciliar, concertar y realizar las enmiendas necesarias en su paso por las comisiones económicas de Cámara y Senado.

Si en 50 años no hemos logrado madurar una verdadera reforma fiscal estructural, por qué entonces no socializamos la que pretende sacar adelante el Gobierno para hacer más sencillo y menos disperso el sistema tributario colombiano.

Los sectores productivos y las ligas de consumidores, consultores y expertos en tributación, podrían hacer una buena tarea de acercamiento con el Gobierno y los políticos, en procura de afinar una reforma tributaria sostenible, estable y que respete las reglas de juego para inversionistas y empresarios locales y extranjeros. Es preciso negociar una reforma tributaria justa y equitativa.

Fundamental que los más pobres se sientan beneficiados en el nuevo marco fiscal.

Importante que quienes pagamos impuestos conozcamos la reciprocidad del nuevo paquete tributario.

No más beneficios y descuentos a unos y mayores cargas a otros.

Que los ricos paguen lo justo, pero que tampoco la reforma los pretenda volver pobres.

Que los pobres declaren y tributen acorde con sus posibilidades.

Que no siga el exceso de obligaciones fiscales comprometiendo la sostenibilidad de muchas compañías pequeñas y medianas.

Que la evasión ya no sea una constante. Necesario acabar la dispersión de tarifas y cumplir con la reducción en renta, y tener cuidado con gravámenes a los alimentos.

Una propuesta tributaria debe pasar un trámite riguroso en el Congreso, pero también es preciso socializarla con el sector privado y con los gremios de la producción.

Lo ideal es sentarse a pulir la reforma. Será necesario ampliar la base de contribuyentes, haciendo que más personas declaren sus patrimonios. También hay que obligar a quienes a través de paraísos fiscales burlan el fisco.

El borrador contiene incentivos a zonas francas necesarios por el TLC con EE.UU., esquema impositivo para sociedades sin ánimo de lucro, impuestos sobre pensiones, rentas de trabajo y de capital, y eventualmente, IVA a más bienes de la canasta familiar.

Impuestos y contribuciones sobre la nómina y eliminación de exenciones hacen parte del proyecto que ya viene al Congreso. Razones de peso para concertar. No más a pupitrazos.