En una democracia, la acción política tiene como herramienta fundamental el don de la palabra, facilitando la posibilidad de que cada uno pueda expresar libremente sus ideas.
Con la palabra se puede moldear la mente de los electores, trasformando sus pensamientos en acciones, es tan poderosa que a través de ella podemos crear o destruir.
Luis Carlos Galán plasmó sus ideas en la siguiente frase: “Ni un paso atrás siempre adelante”. Con ella nos invitaba a adquirir dignidad y conciencia de nuestros derechos.
Arquímedes decía “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” para explicar el principio de funcionamiento de una de las herramientas más simples y más utilizada en toda la historia de la humanidad.
En la vida política podríamos decir: Dadme una palabra y moveré la voluntad de mi pueblo, que luego se plasmará en una elección a mi favor.
En un estado social de derecho la expresión “vox populi, vox Dei”, abre el camino para imponer las decisiones con fuerza.
Los populistas se han especializado en despertar odios, convirtiendo palabras incendiarias en mensajes divinos, los cuales son recibidos con aplausos por una mayoría no ilustrada en temas de Estado.
Con promesas de cambio invitan salir a las calles, para imponer unas reformas en contra del mismo pueblo, atropellando la división de poderes establecidas en la Constitución.
El Libertador Simón Bolívar señalaba: “los gobiernos débiles perdonan a los conjurados y a los alzados en armas, lo que debilita el Estado en grado sumo”
Trágicamente hoy los alzados en armas son designados “gestores de paz”, los disidentes como alias ‘Iván Mordisco’ y alias ‘Iván Márquez’, manejan a su antojo los territorios, ordenan por quién votar, amenazan de muerte a los que no están de acuerdo, o los desplazan de su territorio.
Petro soberbio, también arremete contra los medios de comunicación, tildándolos de “mentirosos”, palabras incendiarias que los indígenas recibieron como una orden, dirigiendo su ira contra la revista Semana.
En una entrega de tierras a las comunidades campesinas, afirma Petro: “Un pacto social, no para que el pueblo se quede en silencio o para que aplauda que no le permitan hacer las reformas sociales. Necesitamos un pacto social en el que convivamos todos en un proceso en el que más igualdad se pueda construir y crear, donde más equidad pueda haber”.
Palabras dulces al oído que facilitan las invasiones de tierras, las que pueden dar al traste e intensificar la violencia en los campos.
Para finalizar, debemos resaltar el mensaje de los exministros de relaciones exteriores a Petro: “Su contenido y alcance de sus mensajes alejan la posibilidad de lograr una política de consenso en los asuntos internacionales que debilitan la institucionalidad de nuestra diplomacia”
¿Será que Petro, en su estado demencial está buscando ser líder mundial de la izquierda, superando a Maduro, Ortega, Vladimir Putin, negándose a condenar los crímenes de lesa humanidad de la organización terrorista Hamás?