Plan Marshall y desarrollismo | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Abril de 2020

“Hora de cristalizar un gran Pacto Nacional”

En buena hora el exministro Juan Camilo Restrepo propone un nuevo Plan Marshall, similar al que los Estados Unidos ofrecieron a Europa al culminar la Segunda Guerra Mundial y que salvó de la miseria a esas naciones arrasadas por la guerra. Dejando en claro que nuestra crisis fiscal venia de atrás con “los precios del petróleo por el suelo”, más el coronavirus, que nos empuja por un despeñadero económico y social de proporciones gigantescas. Fenómenos, digo yo, que muchos ni siquiera imaginan en su terrible dimensión un tanto mareados por el encierro forzado y la verborrea de moda.

Restrepo, plantea revisar la regla fiscal que “no permite incurrir en un déficit fiscal superior al 2,2% del PIB. Lo que es incompatible con los nuevos requerimientos de gasto público. Y las gigantescas tareas fiscales que el país tiene por delante para hacerle frente a la crisis”. Entonces se impone: “Un mayor endeudamiento público, de fuentes externas, domésticas, del Banco de la República o de una mezcla de ellas”. Dentro de las normas vigentes, avanzaría una flexibilización de la regla, que permitiría elevar el déficit máximo permitido del 2,2% al 4,7% del PIB. Lo que se traduciría en “unos 25 billones de pesos adicionales de capacidad de endeudamiento”. Tema sobre el que parecen estar de acuerdo el presidente Iván Duque, lo mismo que su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

El Gobierno busca pista en la banca internacional. “Hay la ventaja de que, a diferencia de lo que aconteció en la crisis de 1998-1999, el crédito externo está abierto para el país, al menos por el momento. Puede tocar también las instancias del FMI donde, gracias a la gestión que se adelantó en 1999, tenemos una especie de cupo de seguridad a nuestro favor por US$ 11.000 millones”. Teniendo sumo cuidado de que no nos impongan un plan de ajuste de efectos negativos.  Se puede “solicitar un crédito al Banco de la República, como lo permite la Constitución del 91 precisamente para crisis recesivas como la que ya se otea para el país”. Opción que requiere la unanimidad de la junta directiva del Emisor. O una mezcla de todas estas opciones. Estamos hablando de financiar una cantidad muy importante de nuevo gasto público: 25 billones de pesos. Entretanto, el Emisor dispuso de 13 billones del encaje para la banca, lo que ha desatado un escándalo por las denuncias del senador Rodrigo Lara, en torno al manejo de dichos fondos. Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, defiende la regla fiscal, más sostiene que Colombia se recuperará y solicitó “renovar la Línea Flexible al mismo nivel de acceso que en 2018, equivalente a unos 10.800 millones de dólares”.

Restrepo, aclara, el primer decreto de emergencia económica que se dictó se refería a $14 billones, cifra superada por los cálculos sin actualizar del todo. Como los planes económicos se quedaron cortos, el Ministerio de Hacienda habrá de actualizar un nuevo plan financiero y del Marco Fiscal

Un ambicioso Plan Marshall debería incorporar la visión desarrollista de Álvaro Gómez y del eclecticismo económico conservador, para sacar al país del bache y aprovechar la crisis al dar un salto adelante. Es la oportunidad para cristalizar el pacto nacional por un verdadero Plan de Desarrollo, marcando con grandeza las zonas en las que el país debe ser más competitivo, como sería sembrar 8 millones de hectáreas de bosque que rediman e incorporen al desarrollo la periferia del país.