La política aerocomercial es la directriz que el Estado traza para el sector aéreo y es hacia donde debe dirigirse la aviación civil. Trata temas económicos de la aviación civil como el acceso a los mercados, derechos de tráfico, la capacidad, liberalización del transporte aéreo y precios, entre otros aspectos.
Del diseño de dicha política de forma inteligente y realista depende el éxito del transporte aéreo en Colombia en los próximos años. Deberá romper paradigmas, como lo son, la propiedad y el control efectivo de las aerolíneas en Colombia. La protección de los intereses de aerolíneas que se creían eran colombianas, pero no lo son. Revaluar si lo que estamos haciendo genera o no un efecto multiplicador para el sector aéreo.
Ya es totalmente reconocido que liberalizar el acceso al mercado aéreo tiene un efecto multiplicador en la economía. Muchos países ya concluyeron que proteger sus “aerolíneas nacionales” no beneficia sus economías ni sirve a sus intereses. Que involuntariamente lo que hacen es detener la competitividad en detrimento de otros sectores de la economía y sobre todo del consumidor.
No por casualidad, las aerolíneas más exitosas del mundo, Emirates y Qatar Airways, deben su éxito total - más allá del debate sobre los beneficios por ser aerolíneas bandera de sus respectivos Estados-, a la política de liberalización del transporte aéreo. A Emirates, por ejemplo, le toca competir en su propia tierra, en el hub del aeropuerto internacional de Dubai, con más de 100 aerolíneas del mundo, y sigue siendo la número uno del mundo.
En cambio, las recientes estadísticas de operación de tráfico de pasajeros en Colombia, reflejan que una sola aerolínea tiene el 47.5% de participación en el mercado internacional y el 58% de participación nacional. Seguida de otra aerolínea que solo tiene el 18.20% del mercado internacional y el 5.4% del mercado nacional.
Al aeropuerto Eldorado de Bogotá, que concentra el 46.5% de operaciones nacionales e internacionales de Colombia, vuelan aproximadamente 23 aerolíneas internacionales de pasajeros y 7 de carga internacional.
¿Esto refleja un ambiente de competitividad, oferta y de opciones para el consumidor en el sector aéreo colombiano?
Entonces, porque no estandarizar lo que se acaba de acordar con Guatemala mediante la firma de un memorando de entendimiento aerocomercial que permite que ambas naciones puedan operar dentro de sus territorios sin límite de frecuencias, rutas y en cualquier punto dentro de cada Estado. Estoy seguro de que esto último cambiará la dinámica existente en el sector aéreo.
@ReyesJuanfelipe