Universidad del trueque
Dice un adagio que “el papel aguanta todo” y eso es lo que al parecer esta ocurriendo en la administración del rector de la Universidad del Chocó, Eduardo García Vega, reelegido por cuarta vez, en medio de un torbellino de críticas por corrupción académica, falta de acreditación de más de la mitad de los programas y los pésimos resultados que obtuvieron los estudiantes de esta Universidad en las pruebas del saber de la Educación Superior.
Ahora más allá de carencias de acreditaciones y de los oscuros episodios en la compra de los terrenos del Estadio, un escenario que va camino a convertirse en un elefante blanco con grama sintética en medio de la selva y los perversos contubernios que se dieron en los estudios ambientales de la vía Ánimas-Nuqui.
Otro de los asuntos polémicosde la administración de García es que si un lector, oyente o televidente desinformado lee, escucha y observa los publirreportajes que se difunden sobre la excelencia académica en dicho claustro universitario, lo más seguro es que se trague el cuento.
La propaganda oficial sobre la excelencia académica en esta universidad se ha estructurado con tanta falacia que sus directivas al parecer no se han dado cuenta de la profunda brecha que hay entre la palabrería de los planes de acreditaciones, de desarrollo de la docencia, de renovaciones curriculares, de fortalecimientos de sistemas de investigaciones en ciencia y tecnología y la realidad.
Una universidad que se ha transformado en un desvaradero de politiqueros, en donde no hay innovación académica, ni producción intelectual de calidad y, lo más grave, se han proscrito debates y reflexiones sobre la calidad de la educación y el quehacer universitario. Por ende, las deficiencias académicas campean.
Hace siete años se hizo una reforma administrativa para adecuar la planta de docentes al crecimiento de la Universidad, en consecuencia se debió realizar un concurso de mérito, el cual ha quedado en veremos y más de la mitad de los docentes son contratados por horas de cátedra.
Lo cuestionable es que como quiera que no se les paga oportunamente eso ha desencadenado uno de los peores eslabones de la corruptela académica. Gran parte de ellos,asfixiados por la falta de pago, negocian con los estudiantes los pagos de los valores de sus matrículas a cambio de matrículas financiadas a cargo de aquellos docentes. Estos denigrantes trueques, orquestados desde las mismas directivas, les han dado patente al tráfico de notas por dinero, mercados, arriendosy sexo.