Por la decencia | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Noviembre de 2017

“¿Qué falla para que el hombre no entienda que la ley es obligatoria?”

Las crisis en justicia, ética, moral, la corrupción, el maltrato, el irrespeto, las culturas ‘del todo vale’ y el ‘atajo’, las mentiras y otros fenómenos a los cuales nos acostumbramos en Colombia, sin duda, tienen su génesis en la inexistente educación básica, de valores y decencia en la cuna. Valores y condiciones humanas que determinan que una persona sea o no decente en todo el sentido de la palabra.

Debería haber cárcel para papás irresponsables que inculcan a sus hijos ser unos avispados, coger atajos para todo, etcétera. Desde ahí se engendra el mal pues, seguro, esos papás consideran que es para bobos ser decentes y honorables. “Mi hijo es avispadísimo”, dirán. Lastimosamente, la decencia no se adquiere en los mejores colegios ni con maestrías o doctorados en importantes universidades. Resulta indecente tanto el delincuente de cuello blanco, con estudios admirables pero costumbres deplorables, como el indigente analfabeto, sin educación y de costumbres igualmente deplorables.

¿Qué habrán visto en sus casas cuando niños los togados de inmoralidad e indecencia?  ¿O el risueño malencarado Otto? ¿O la hija “sexy” del malísimo togado Malo? No lo saben sino ellos: sus padres, abuelos o quien los crió. Lo claro es que no tienen en su ADN ese concepto de decencia básico.

¿Qué falla en la sociedad para que el hombre, al ejercer su libertad, no entienda que la ley es obligatoria? ¿Por qué si hay dos caminos frente a la ley, cumplimiento o violación, en Colombia la mayoría escoge violarla? China se nos adelantó en garantizar ciudadanos decentes con un sistema de credibilidad social que se planea lanzar en el 2020. Este sistema permitirá juzgar eso: la decencia, la credibilidad, honorabilidad y honradez, de cada uno de sus 1.3 billones de ciudadanos. Van a evaluar positiva o negativamente cada una de sus actuaciones como ciudadano. No basta pagar impuestos y cumplir la ley, se requiere más para ser calificado positivamente.

Se imaginará, apreciado lector, las consecuencias de no ser decente en China en el 2021...  ¡Qué bien nos vendría este sistema a nosotros en este momento cuando no le tememos a nada ni respetamos a nadie! Hecho fácilmente demostrable en la televisión, cuando muestran que “cae” y “agarran” un prestante delincuente. Sale muerto de la risa y elegantísimo rumbo a lo más bajo y triste en que puede caer una persona: la cárcel.

 

@ReyesJuanfelipe