RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 8 de Noviembre de 2012

La conciencia y la razón

 

Desde que sucedió el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, un jueves 2 de noviembre, día de los difuntos, de 1995; he tomado como política editorial personal no referirme al caso, en sí. De cuando en vez, lo cito. Cito frases de Álvaro que van relacionadas con algún tema especifico.

En la presente columna de opinión, y con la venia de mis lectores, quiero expresar mis sentimientos frente a lo acontecido y lo que está sucediendo en la Nación, 17 años después.

Decía AGH que un país sin justicia es un país sin esperanza. No resulta, por lo demás deshonroso, que AGH fuera el principal promotor de la Fiscalía General de la Nación y que su proceso judicial se encuentre en el estado en que se encuentra.

Quién hubiera pensado que, 17 años después, el régimen al cual él hacía referencia estuviera más vivo que nunca. Si, el régimen de entonces hubiera renunciado, no estaríamos en las que estamos. Donde el régimen actual negocia la paz de todos los colombianos con unos narcotraficantes. Negociando nuestro modelo de libertades económicas con unos delincuentes. Con el delito. Con el narcotráfico. Puede más el dinero sucio del narcotráfico que la conciencia y la razón.

Ese régimen produjo el desbarajuste moral de la Nación. Porque se mandó el mensaje, al mejor estilo mafioso, que todo es posible con el dinero sucio. La sociedad, en su momento, lo sostuvo. Los rancios y frívolos medios bogotanos también. Dime cuánto vales y te diré quién eres.

17 años después, el régimen actual negocia lo que no tiene que negociar con unos narcotraficantes. Lo más triste de todo es que, 17 años después, la sociedad colombiana está dispuesta a tragarse ese sapo; otra vez. Puede más el dinero sucio que la conciencia y la razón.

Por lo anterior, no me queda más que expresar mi gratitud hacia AGH y toda su familia. No me queda más que expresar mi gratitud hacia mi familia quien ha asumido una posición digna y de alto riesgo frente al caso que se encuentra al borde de la impunidad.

No me queda más que expresar mi desazón y mi desesperanza por un país que perdió su esencia fundamental, como diría el mismo AGH. Sus valores centrados en Dios, su familia, la vida, la libertad y el orden como precepto esencial de la convivencia. Pasan los años. La familia se va quedando sola. Con su dolor. Pero con la conciencia y la razón tranquilas.

Finalmente, uno de los principales culpables del caso Enron, Cliff Baxter, al estallar la quiebra en los medios de comunicación se suicidó. Dejó una nota: It will never face of. Su conciencia actuó al final.

Para la justicia y la conciencia, Dios. Para la razón y la verdad el tiempo. Porque la Fiscalía General de la Nación, no pudo.