RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 17 de Mayo de 2012

Autoridad y poder

 

Señor presidente Santos: lo que nos está sucediendo no solamente en Bogotá, sino en todo el país es culpa suya y solamente suya. Lo que pretendo expresarle en la presente columna de opinión no es más que mi malestar y mi desazón por una persona en la cual yo confié.

Yo deposité mi voto por usted. El 20 junio del 2010, yo deposité un voto de confianza en usted para que usted continuara las políticas de su mentor: el expresidente Uribe.

Sin embargo, usted decidió, desde el primer día de su posesión, cambiar el rumbo y los destinos del país. Fue usted, quien dejó abierta la posibilidad para un diálogo con las Farc. Dos años después, estamos como estamos...

Desde la fracasada y ostentosa Cumbre de Cartagena, van 50 soldados muertos que a nadie le importa. Ni siquiera a usted, ni al ministro Pinzón. Ni a la sociedad.

Por su indiferencia frente a lo que nos está sucediendo, quienes alertamos desde las diferentes columnas de opinión que el país va mal y se encuentra en peligro, estamos corriendo la suerte que nos espera, como la del doctor Londoño.

Hay una diferencia entre Autoridad y Poder. Por ejemplo: se podría decir que el doctor Álvaro Gómez Hurtado nunca tuvo Poder pero sí contó con la Autoridad Moral que lo caracterizaba y con su talante.

Es increíble la forma como usted ha perdido la Autoridad, mientras ejerce el Poder, habiéndolo tenido todo a su haber, como bien comenta su primo Francisco, para acabar con este mal que carcome al país de una vez por todas.

Y no contento con ello, legisla a favor de los delincuentes por intermedio de Roy Barreras para el Marco Jurídico para la Paz. El fiscal Montealegre ya se pronunció a favor de otorgarle indultos a estos angelitos de la paz.

¡Hágame el favor! Legislando para unos delincuentes. Para unos terroristas. Ustedes se van a arrepentir, si es que todavía les queda algo de conciencia.

No contento con ello, legisla en contra de nuestras FF.MM., con el Fuero Militar, mientras nos matan a diario a unos soldados que a nadie le importa.

Como bien lo dijo el diputado venezolano y caraqueño Jorge Olavarría (q.e.p.d.) antes que Chávez comenzara todas sus locuras: “qué más se le puede decir a esta sociedad para que despierte y reaccione de esta anemia colectiva. A esta cobarde sociedad civil falta de carácter que se está doblegando frente a todo lo que está sucediendo y que se va a doblegar aún mas frente a todo lo que sucederá”.

Puntilla. Gandhi dijo: primero te ignoran, luego se burlan de ti y después te atacan. Nos atacaron, presidente Santos. Hoy al doctor Londoño, mañana…