Reflexiones sobre el resultado electoral | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Junio de 2022

Concluyó la segunda vuelta presidencial con la elección de Gustavo Petro como presidente de la República y, a pesar de algunas inquietudes sobre el resultado electoral, hasta este momento no se conocen quejas graves sobre su transparencia.

El proceso electoral que concluyó estuvo rodeado de muchas noticias falsas, de señalamientos indebidos y de acusaciones poco responsables sobre la vida privada y, en particular, sobre la familia de los aspirantes presidenciales. Esperamos que las campañas presidenciales hacia el futuro se adelanten con base en la trayectoria, la experiencia y las propuestas que le presenten al país los candidatos presidenciales, y sobre la manera de encarar los problemas más acuciantes que vive el país.

Lo cierto es que la diferencia en el resultado electoral entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández fue de tres puntos, lo cual significa que las fuerzas estuvieron muy equilibradas, aunque con una ventaja evidente en favor de Gustavo Petro. En esa medida el Presidente electo debe considerar algunas de las preocupaciones expresadas en el desarrollo de la campaña por el candidato de la Liga de los Gobernantes Anticorrupción.

Hay que reconocer que el Presidente electo ha generado una expectativa grande en los colectivos sociales y los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y ojalá esas propuestas de política pública se puedan realizar sin dejar de reconocer que siempre hay obstáculos que no son fáciles de remover o superar como, por ejemplo, los que existen para la meta de recaudar 52 billones de pesos al año a través de una reforma tributaria.

En Colombia estamos enfrentando una crisis del Estado Social de Derecho y otra por cuenta de las debilidades de la democracia representativa. En el primer caso la gente espera que los derechos consagrados en la Constitución Política se hagan realmente efectivos, no obstante los avances, que se reduzca la desigualdad de ingresos y oportunidades, que se amplie el acceso a la educación pública superior a pesar de los recursos importantes que se han destinado para el sector educativo. También hay necesidad de introducirle ajustes al texto de la Constitución de 1991.

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Es sabido que en Colombia estamos atravesando una crisis muy profunda en materia de valores éticos. Se ha dicho que la ética es un conjunto de obligaciones para las personas, mas no de derechos.  Como dice Armando Latorre, la ética nos enseña a ejercer la libertad con responsabilidad, lo que equivale a tener conciencia de las consecuencias de nuestros actos individuales y colectivos, que tanto nos está haciendo falta. En esa medida, enfatiza el profesor Latorre, la ética protege los valores más importantes de la vida y la cultura; se trata de normas que se aplican a todas las sociedades en las diferentes épocas de la historia.

Por tanto, la ética no es relativa, es para todo el mundo. Y como no hay ninguna actividad humana que no pueda ser vista desde la perspectiva de la ética, debemos decir que el ejercicio de la política y el servicio público también están sometidos a sus cánones universales. Por ello debemos hacer esfuerzos grandes en la formación en valores éticos de nuestros jóvenes en el sistema educativo.