Régimen Maduro, más cerca del final | El Nuevo Siglo
Domingo, 12 de Enero de 2025

Con lo que ha venido ocurriendo con el régimen Maduro se ratifica que, como ha sucedido en distintos momentos de la historia, utopías delirantes y promeseras, como la del “socialismo del siglo XXI”, por lo general devienen en dictaduras brutales y criminales capaces de lo impensable con tal de mantenerse en el poder.  Pero pese a todas las maniobras para lograrlo, la realidad está mostrando que el final y la caída del régimen Maduro es inminente, aunque no inmediata.

Es que en los procesos de derrumbe de un régimen es muy difícil predecir cuándo y cómo se va a dar el final definitivo, pero que llega, llega. Y con frecuencia llega por la rampante corrupción y/o inesperados errores de su dirigencia, que aceleran la implosión. De cualquier manera, la nación venezolana- y la gran mayoría de naciones democráticas- percibe el desgaste de más de un cuarto de siglo de torpezas y errores y en especial de violaciones a los derechos humanos, que han deteriorado a fondo la legitimidad que al comienzo de su periplo pudo haber tenido el régimen en comento. Y el costo político ya irreversible es el de su pronto derrumbe.     

Algunos hechos recientes dan pistas de la cercanía del final del régimen Maduro. En vísperas de la espuria juramentación presidencial la paranoia se impuso hasta el punto de caer en el ridículo cerrar el espacio aéreo para evitar que aterrizara el presidente electo y los expresidentes que lo acompañaban porque iban a “invadir el país”. Pero las imágenes que le dieron la vuelta al mundo fueron las manifestaciones ciudadanas en respuesta a la convocatoria de la valiente líder María Corina Machado que, a pesar de todo tipo de intimidaciones apareció en la concentración masiva en el municipio Chacao, Caracas, donde ratificó que González fue el ganador en las urnas y debe convertirse en el nuevo presidente, prometiendo además que entre todos seguirán la lucha por desplazar a la tiranía del poder y así restablecer el sistema democrático.

No obstante, y en garrafal torpeza, a la salida de ese acto político Machado fue cobardemente apresada por hombres a órdenes de Diosdado Cabello. Pero la escalada de reacciones a nivel global al conocerse la noticia, con Estados Unidos y múltiples gobiernos a la cabeza, condenando la grave acción dictatorial y exigiendo la inmediata liberación de la heroína, presionaron su pronta liberación. Cabello y Gustavo Petro describieron el asunto como “fake news” para muy pronto estrellarse con la realidad de la grave violación a los derechos humanos de la valerosa mujer, que incluyó la herida a bala en una pierna del conductor de la moto que la transportaba. Un punto a destacar en lo anterior es que según fuentes serias Cabello fue desautorizado por Maduro asomándose así fracturas internas en la cúpula del poder madurista. Y con las presiones que se avecinan, como la recompensa ofrecida por las capturas de Cabello y del ministro de Defensa Padrino, no es aventurado afirmar que esas fracturas se convertirán en grietas hasta reventar con diagnóstico reservado.

Otro hecho diciente del cercano final de la dictadura fue el desprestigiado acto de posesión de Maduro, realizado no en el hemiciclo de la Asamblea Nacional sino en otro salón. Acto este al que escasamente asistieron los presidentes de Cuba, Nicaragua y el Congo con algunos cancilleres de otros países, así como varias delegaciones de bajo rango diplomático como las de Rusia, China e Irán. También asistió el embajador de Petro, que no de Colombia, quien insiste en que el bloqueo económico fue decisivo para que los venezolanos no votaran libremente.

De esta manera quedó claro que el aval de legitimidad a la tiranía fue evidentemente famélico. Lo cierto es que el grueso del mundo respalda a una Venezuela libre y democrática, y que la dictadura está cada día más aislada, aunque en la medida en que se sienta más acorralada seguirá siendo peligrosa a pesar de que no podrá detener su derrumbe.

Además, el creciente aislamiento del régimen disminuirá ostensiblemente el intercambio comercial y las restricciones económicas y financieras que aumentarán por parte de EE. UU y Europa influirán sensiblemente para provocar un quiebre en la estructura jerárquica del régimen venezolano.