El Presidente Duque dijo hace cinco meses que la dictadura de Maduro estaba a horas de extinguirse y pareció ser el chiste del año, pues no podemos olvidar que “hierba mala no muere”, antes bien, se expande invasivamente y eso es lo que está ocurriendo con las revueltas programadas por el Foro de Sao Paulo para Colombia, Ecuador y Chile, cuyas buenas democracias son garantistas, permisivas y se dejan doblegar por los estudiantes, indígenas, maestros, trabajadores y toda parte del pueblo que decida levantarse en armas blancas (hasta botellas de leche) y a punta de bochinche están reversando leyes y decretos.
Y Maduro está aprovechando cualquier mecha suelta -léase aumento de impuestos, de pasajes, eliminación de subsidios, reforma pensional- para incendiar estas pobres democracias supérstites y ganar adeptos para el socialismo del Siglo XXI vía electoral, a sabiendas de que cuando llegan al poder, ahí se quedan, como en Nicaragua, Venezuela y como está ocurriendo en Bolivia, donde el señor Evo Morales decidió declararse presidente vitalicio, contrariando una Constitución cuyo artículo 169 dice que solo hay una reelección consecutiva. Pero don Evo va por su cuarta, no obstante haberse llevado a cabo un plebiscito en febrero de 2016 y el pueblo haber dicho no a esa reelección presidencial infinita, lo cual motivó una justa consulta de la cancillería colombiana ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para ver como es el maní: si Evo y sus profesores pueden alegar su derecho fundamental a quedarse en el cargo hasta cuando les llegue “la parca”.
Y cosa curiosa: acá también el pueblo dijo no al plebiscito para refrendar el Acuerdo Farc- Santos y todo siguió normal, como si hubiera ganado el sí. Ese alumno Morales Evo, no sé por qué, me trae a la memoria las clases de José Pelos, cuando al hablar del Medio – Evo, entre los siglos V y XV, nos hacía referencia a una época oscurantista, llena de pestes y de monstruos marinos, que se inició con la caída del gran Imperio Romano de Occidente a manos de los bárbaros.
¿Será que ese Evo está empollando el Huevo del Ave de mal agüero y quiere aprender a volar con alas de dictadorzuelo para seguir el mal ejemplo de sus maestros Chávez y Maduro? Porque entonces allí sí terminarían las marchas, como en Caracas, porque a punta de torturas, cárceles infrahumanas y asesinatos múltiples -y me perdonará la palabreja mi anónimo e implacable corrector de estilo- “El Pueblo, Unido, Ya Quedó Murido”… y para colmo de males, en otro episodio impactante de la ciencia de lo absurdo el dictador Maduro se sentará en poltrona, cuán grande y torpe es, en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que parece tener un ojo para un sucio. Por la estupidez humana es como empiezan a morir las democracias.
Post-it. Conozco de antaño a Diego Alberto Naranjo, ilustre belumbrense, exparlamentario, exsecretario de agricultura, gran candidato a la gobernación del Risaralda. Hombre íntegro, conservador a ultranza, buen economista y comprometido con las mejores causas que apuntan al desarrollo de su región, merece todo nuestro respeto y nuestros mejores votos porque ese noble Departamento siga estando en las mejores manos.