Retornar los dejaría en evidencia | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Septiembre de 2020

Indiscutiblemente las instituciones educativas básicas, superiores, técnicas y universitarias fueron las primeras que sobre la marcha se ajustaron a los cambios que trajo el covid -19. Sin auxilios económicos y haciendo uso del intelecto sobre técnicas de ensayo y error, los educadores de todos los niveles tuvieron que ajustar sus programas escolares, aumentaron su capacidad a la virtualidad y cobertura digital, acelerando el paso con el calendario académico que no dio espera en ninguna de las etapas de aislamiento.

Ha sido poco el reconocimiento que a este sector se le ha dado, muy a pesar de que su transformación ha sido a pulso. Los más golpeados han sido las instituciones de educación privada, eliminando en muchos casos un alto porcentaje de las nóminas de maestros auxiliares y catedráticos, sin mencionar todos los que de manera indirecta dependen económicamente de la dinámica de la educación presencial.

En todos esos esfuerzos que este vital sector para el país ha realizado, en Santa Marta a la fecha no hemos conocido alternativas locales acerca de la reapertura académica, de la que ya se empieza a hablar en otras ciudades capitales del país. Es apenas obvio que este tema no se encuentre en la agenda de la Alcaldía Distrital, pues el análisis de la implementación de un piloto desnudaría la realidad de la ciudad, ya que los protocolos básicos de prevención de contagio para los 72 mil estudiantes de instituciones educativas oficiales, además de los universitarios, es de imposible cumplimiento, ya que el lavado constante de manos, por la nula cobertura de acueducto en toda la ciudad, no se podría hacer.

Además de lo anterior, que ya es impedimento para la reapertura y pleno goce de este derecho, sobre todo para aquellos que no cuentan con las herramientas tecnológicas para continuar con la educación virtual, se suma la falta de propuestas por parte de la secretaria de educación en dictar pautas modificatorias a los manuales de convivencia y ceñirlos a la nueva forma de interactuar y desarrollar competencias entre los docentes y los estudiantes en este complejo contexto.

Es por ello que encuentro oportuno y válido por parte de algunos padres de familia que retornaron a sus actividades laborales exigir un retorno paulatino y controlado a las aulas en razón a los diagnósticos en muchos casos, inclusive, de alteración de la salud mental de nuestros jóvenes generado por la falta de interacción con su entorno académico, por lo cual hacen un llamado a las autoridades a revisar si en Santa Marta es posible una reapertura académica presencial; analicemos si como ciudad tenemos por lo menos la capacidad de garantizar el derecho a la educación.

¿Quién lidera realmente esta apertura? ¿Cómo pueden apoyar los acudientes? ¿Cuál es el papel que cumple el gobierno distrital en este asunto? Son muchos los interrogantes por resolver.