RODRIGO POMB0 CAJIAO | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Octubre de 2012

Farc tienen razón

 

Corren tiempos difíciles, ¿pero qué tiempo no lo es? Corren tiempos trascendentales para el destino de Colombia y no todos los tiempos lo son.

Después de una exitosa pero oculta negociación a espaldas de la comunidad se empezaron a desarrollar las segundas de cambio en el que se ha llamado “el proceso de paz”.

En ella el Gobierno insiste, en últimas, en que la paz es el cese del conflicto armado porque todas las reformas sociales exigidas violentamente por los terroristas hace tantas décadas ya están cumplidas: que la ley de víctimas, que la ley de tierras, que la ley de reforma agraria, que no tocar la justicia ni la educación porque ellas están tomadas hace mucho tiempo por la extrema izquierda criolla, que el marco jurídico para la paz etc… las Farc insisten, en cambio, en algo fundamental: una reforma constitucional a través de una asamblea nacional constituyente.

Yo creo que las Farc tienen razón porque la historia no nos ha dejado otra opción. En el reciente pasado se impuso la tesis de la negociación con los terroristas antes que la prevalencia del estado de derecho. Contra eso podemos hacer poco y el nefasto precedente echó raíces. Las Farc no pueden aceptar que llevan 60 años de implantación del terror como para que de buenas a primeras se diga que fue el mismo establecimiento quien hizo el cambio sin ellas y que por lo mismo ya no se justifica su presencia armada. Y el Gobierno no puede esperar ni aspirar a que la firma de una paz se alcance con la celebración de un documento entre los directivos de las Farc y un gobierno de turno, ergo, temporal, coyuntural y momentáneo.

Todo acuerdo de paz firmado en Oslo y La Habana (si es que lo hay) tiene que ser refrendado por la comunidad o, como lo denominan los iconoclastas amantes de la abstracción, “por el pueblo”.

Un plebiscito es técnicamente imposible pues no se trata de avalar a una persona en el poder. Lo suyo con una consulta popular pues no se trata de apoyar una política de gobierno. Lo conducente es la reforma constitucional ora por vía de referendo ora por vía de la asamblea nacional constituyente. Como la Corte Constitucional ha dicho que el referendo es imposible cuando es muy largo pues únicamente nos queda la asamblea nacional constituyente.

*Presidente de la Corporación Pensamiento Siglo XXI