Rodrigo Pombo | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Mayo de 2016

ESQUINA AZUL

Otro golpe de la historia al populismo

 

MIENTRAS que la américa hispana empieza a observar cómo se desploman los gobiernos afines a las ideas socialdemócratas, en Colombia continuamos en el esfuerzo de atraer a las filas de la política los terroristas de siempre proclamando como nunca las doctrinas comunistas.

 

En el populismo encontramos incuestionables denominadores: las promesas, tan carentes de sentido y horizonte se terminan convirtiendo en colosales desilusiones; la fratricida guerra de clases se trasforma en un inútil sentimiento de culpas tan destructor como peligroso; los argumentos, si los hay, constituyen palacios mitológicos serviles al discurso y devastadores para el progreso.

 

De eso se trata cuando se hace alusión a lo que se denomina “Izquierda” o el paraíso de las abstracciones y entelequias cuya única idea concreta es el odio, el visceral odio hacía la cultura del mérito, del progreso, del desarrollo, es decir, del orden y de la libertad.

Demostrado estuvo en la década tardía de los años 2000 que el Estado Social de Derecho fracasó, ora por su abismal quiebra e insostenibilidad económica, ora porque apabulla a las gentes con un insoportable intervencionismo. Urge, entonces, recuperar el cauce de la cordura en el gobierno. Urge revisar las cosas con la inusitada calma y la estructuración que da antes que la plaza pública, el libro, los ensayos, los análisis, las tertulias y el estudio.

 

Volver la mirada a la cultura del esfuerzo personal y a la idea del comunitarismo parece conveniente, máxime en momentos que como el actual demuestran que las ejecutorias de los gobiernos de izquierda son inexistentes y la paciencia de la gente, una vez más, se agotó.

 

En el péndulo de la política vendrán, quizás incesantemente, las ideas de la igualdad material y las falsas promesas como hacer del Brasil el país más rico del mundo a punta de subsidios estatales o, de la Argentina, la nación más productiva a punta de impuestos, excesivas regulaciones, corrupción y atención de los negocios en manos de incompetentes. Y sin mirar más allá, volverán las “petristas” mentiras de construir 1.000 jardines infantiles, la ciudad universitaria o viviendas de interés social en los parqueaderos públicos.

 

Mirar el vecindario y hacer una asertiva lectura del presente político y social resulta un imperativo ético para los que albergan, a pesar del partido, las ideas conservadoras.

Twitter: @rpombocajiao

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.