Narcotráfico: el móvil de la guerra interna de las disidencias en el Cauca | El Nuevo Siglo
FUERZAS MILITARES continúan la lucha contra grupos criminales en Cauca. /Foto - Ejército
Viernes, 13 de Septiembre de 2024
Redacción Nacional

MIENTRAS LAS Fuerzas Militares avanzan con operaciones terrestres y aéreas en el extenso Cañón del Micay, continúan los enfrentamientos en el interior de una de las estructuras del llamado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc y combates con la ‘Segunda Marquetalia’, otra disidencia de esa guerrilla con un elevado número de muertos y heridos.

Pero, de acuerdo con los servicios de inteligencia, la población civil y los resguardos indígenas están en medio de los choques armados entre esas estructuras de las disidencias de las Farc; al parecer, por el despojo de tierras, minería ilegal, narcotráfico, extorsión y alianzas entre grupos armados al margen de la ley que delinquen en el Cañón del Micay.

Los municipios que sufren las confrontaciones entre las disidencias de las otroras Farc son Argelia, El Tambo, López de Micay, Guapi y Timbiquí, ubicados al occidente del Cauca con salida hacia el Océano Pacífico. Estos municipios limitan por el norte con el puerto de Buenaventura y Jamundí, en el Valle del Cauca y hacia el sur con Santa Bárbara de Iscuandé, El Charco y Leiva, en el departamento de Nariño; y por el oriente con Buenos Aires, Suárez, Morales, Cajibío, Popayán, Timbío, Rosas, La Sierra, Patía y Balboa.

Los choques armados entre las disidencias e incluso con frentes del Eln y grupos de delincuencia común organizados, “nos ponen en una situación difícil, porque estamos en medio de grupos armados que no respetan la vida de ninguna persona y de los indígenas”, dijo un habitante del corregimiento de El Plateado.

“Si un ciudadano habla con elementos de la ‘Carlos Patiño’ del Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc, entonces los de la ‘Segunda Marquetalia’ que tienen alianzas con ‘Los Pocillos’ y otros grupos ilegales, se molestan e incluso nos pueden asesinar. Pero es más grave si ven a un ciudadano hablar con efectivos del Ejército Nacional, pues no hay posibilidades de que pueda salvarse. Estamos en la física olla”, precisó.

Insistió que en el Cañón del Micay se encuentra el 75% de las 25.000 hectáreas en los cultivos de hoja de coca en el departamento del Cauca. Además de extensos cultivos de marihuana, especialmente, la creepy, la que los narcotraficantes prefieren porque les da más ganancia y es muy apetecida por los consumidores.

También dijo que los campesinos comenzaron a depender de esta semilla con modificación genética que es vendida a módicos precios por los delincuentes.

Precisa el campesino que “la creepy, a diferencia de la marihuana tradicional, es verde, más suave y sus efectos son más prolongados y es más adictiva”.

A su juicio, los campesinos y productores a gran escala y narcotraficantes la prefieren porque es más rentable y les produce millonarias ganancias cuando la logran sacar hacia los mercados negros internacionales e incluso a nivel nacional.

Destaca que en el corregimiento El Plateado, en comprensión municipal de Argelia, la situación es más difícil, por cuanto las disidencias de ‘Iván Mordisco’ se “enquistaron” y minaron sus alrededores en un esfuerzo para frenar el avance de las tropas y evitar que la Policía Nacional se pueda instalar en esta jurisdicción.

“No crea que vivimos tranquilos, no se puede porque nos acostamos en paz, pero en la madrugada nos despiertan los combates, bien sea entre las mismas disidencias o con las tropas del Ejército Nacional. Además, debemos tener cuidado cuando nos desplazamos, precisamente, por la instalación de las minas”, reveló.

Acotó que “todos los días el Ejército Nacional desactiva los campos minados, pero los guerrilleros se dan mañas para instalar otros artefactos, hostigar a los uniformados y luego se refugian, incluso en nuestras casas y no podemos decir nada”.

Aseguró que “desde el año pasado el Ejército Nacional adelanta operaciones en esta vasta extensión y nosotros divisamos sus campamentos y nos da miedo que de un momento a otro se desaten nuevos combates. Van más de 50 enfrentamientos entre las disidencias del Estado Mayor Central y la ‘Segunda Marquetalia’ con el Ejército Nacional”.

Afirmó que “los choques armados entre las mismas disidencias son duros y no terminan hasta cuando hay muertos de lado y lado. En unos casos piden el favor, por así decirlo, a campesinos para cargar los cuerpos y ellos mismos los sepultan para evitar que las tropas adelanten los procesos de identificación y así establecer a qué bando pertenecían”.

“Sabemos que la situación seguirá difícil y que habrá más muertos, porque la orden del presidente Gustavo Petro Urrego es recuperar el Cañón del Micay, pero lo veo muy difícil a corto o mediano plazo. Además, porque aquí la gente le copia por convicción o por obligación a esos grupos al margen de la ley”, expresó.

“En casi toda esta región todos tenemos un carnet de identificación y que certifica de que vereda, inspección, corregimiento o municipio pertenecemos. El que no porte esa identificación −como se dice popularmente− entra en sospecha y puede ser sindicado de ser informante del Ejército o infiltrado y ya sabemos las consecuencias”, manifestó.

Combates entre ilegales

Señaló que “aquí el combate entre los disidentes, el Eln y otros grupos armados es por las cuantiosas sumas de dinero que generan el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y la mafia que está por todas partes. La población civil y los indígenas estamos a merced todos los días”.

Narró que “los choques armados entre la estructura ‘Carlos Patiño’ del Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc y la ‘Segunda Marquetalia’ se producen frecuentemente con un elevado número de muertos de lado y lado”.

Dijo que “también se producen algunos choques entre esas estructuras con el Eln cuando se aparece en algunas zonas controladas por ellos. También hay alianzas con otros grupos de narcotraficantes e incluso se habla de redes al servicio de los carteles mexicanos”.

“Nosotros nos escondemos dentro de nuestras casas y ponemos los colchones sobre nuestros cuerpos y esperamos a que pasen las balaceras y que no nos caiga ninguna granada o los cilindros o tatucos de las guerrillas que son lanzados contra las tropas”, narró.

El campesino dijo que “van más de 60 líderes indígenas asesinados en los últimos meses a manos de los grupos armados, además de los líderes sociales”.

Recordó que en abril pasado el Ejército Nacional dio muerte a 15 guerrilleros de la estructura ‘Carlos Patiño’ del Estado Mayo Central de las disidencias de ‘Iván Mordisco’. También se informó que otros 14 resultaron heridos, en zona rural del corregimiento El Plateado, en comprensión municipal de Argelia”.

Aseguró que “la situación es tan difícil en el Cañón del Micay que la semana pasada en el sector de La Sagrada Familia, en la parte baja del Río Naya, en el municipio de López de Micay, ‘Pablo Villa’, jefe del frente ‘Jaime Martínez’ de las disidencias de las Farc, ordenó el asesinato de doce de sus guerrilleros, al parecer, porque estaban haciendo negocios con una cuadrilla del Eln”.

El comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Hernando Cubides Granados, dijo que, entre los muertos, ocho serían integrantes de esa facción subversiva y las cuatro mujeres, al parecer, les acompañaban.

De acuerdo con los servicios de inteligencia, alias ‘Pablo Villa’ es un enigmático personaje muy violento y, al parecer, responsable no solo de acciones terroristas contra la población civil, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional registradas en el Cauca, sino en el Valle del Cauca.

Y, finalmente, se registró un atentado terrorista de la estructura 30 ‘Rafael Aguilera’ de las disidencias de las Farc contra una patrulla de la Armada Nacional, hiriendo a 12 infantes de Marina, en el municipio de Timbiquí, en la costa Pacífica del departamento del Cauca.

El comandante encargado de la Armada Nacional, almirante Harry Ernesto Reyna Niño, reveló que la acción terrorista, al parecer, obedece a una retaliación de esa facción contra la Fuerza Militar luego de un procedimiento del Comando de Operaciones Especiales contra esa red delictiva.