Rodrigo Pombo | El Nuevo Siglo
Sábado, 27 de Febrero de 2016

ESQUINA AZUL

Peñalosa hace lo correcto

 

POR orden constitucional, los alcaldes son los jefes de policía y junto a su función administrativa están diseñados para impartir el orden y hacer de la convivencia pacífica una realidad.

Por lo mismo les toca siempre el papel ingrato de la novela y su inevitable animadversión comunitaria. Pero quienes se lo toman en serio, respetan y hacen respetar la ley, con el pasar del tiempo terminan posándose sobre el atril de la inmortalidad, porque pudiendo ser notorios (haciendo caso omiso de sus funciones) prefirieron ser notables a través de la utilidad del cargo y del ejercicio de sus buenos y correctos oficios.

El hacer respetar el espacio público es tarea impopular e ingrata como lo es también preservar la armonía de un barrio evitando disturbios o el saqueo colectivo a los establecimientos de comercio en épocas de marchas y protestas. De hecho, en no pocos casos se abalanzan sobre la policía las irracionales masas de gentes, con argumentos igualmente irracionales, cuando ella captura a un ladrón o impide un delito. Las masas son tan volubles como corruptas, diría Ortega y Gasset.

Pero esa es la función de policía, qué le vamos a hacer.  Y su compromiso se vuelve cuanto más vinculante cuando éste ha sido el fruto de una votación popular. Total, para ello se posesionó jurando defender la Constitución política. Es que la gestión de gobierno no es para enfrentar las clases sociales, ni para engendrar odios infundados, ni para hacer negocios ni para ostentar inmerecidos privilegios burocráticos. La actividad de policía y de gobierno reside en la posibilidad de impartir justicia cotidiana, de conservar el orden comunitario y de evitar la violencia, el caos y la injusticia, vicios madre de toda coacción de la igualdad y de la libertad.

Hace bien, digo, el Alcalde Peñalosa en promover las bicis taxis para propagar el empleo meritorio, formal y sustituto de las ventas ambulantes como también hace bien en limpiar el espacio público y con ello hacer respetar el derecho colectivo más preciado.

Peñalosa la tiene clara: hacer parques, grandes bulevares, buenos andenes, desestimular el uso del carro, hacer parqueaderos públicos y ampliar la oferta de los espacios sociales cobra sentido si se evita que una camarilla de compatriotas, -bajo cualquier pretexto, excusa y condición-, lo invadan, lo manipulen y hagan de él una piñata exclusiva para sus personalísimos intereses.

Twitter: @rpombocajiao

* Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.