RODRIGO POMBO CAJIAO | El Nuevo Siglo
Jueves, 17 de Mayo de 2012

Felicitaciones RCN

 

EL  domingo 13 de mayo terminó una semana que no dudo en calificar de histórica para el periodismo nacional. RCN divulgó todo un completo y emotivo documental de uno de los más patéticos y descarados casos de corrupción bautizado por el apellido de sus protagonistas: El Caso Nule.

Un documental tan bien investigado y bien logrado era necesario no sólo para encarar una patológica realidad sino para reivindicar el nombre de una profesión tan hermosa como lo es la del periodismo. Su edición logró el impacto deseado y sus datos hicieron reaccionar a más de uno. De eso se trata el periodismo y para eso fue concebido, para investigar a fondo y propagar la verdad.

Sin embargo, en este, como en otros casos, se extraña la seriedad y capacidad intelectual de nuestros periodistas, así como la integridad moral de los propietarios de los medios masivos de comunicación, especialmente de aquellos que como la radio y la televisión utilizan el espacio público para propagar sus datos.

Me refiero a que si ellos hubiesen investigado un poco acerca de estos “nuevos ricos” de la comunidad colombiana, muy seguramente no los hubiesen puesto de ejemplo social. Muchos medios de comunicación -como todo periodista mediocre y despiadado- dieron rienda suelta con inusitada publicidad a unos descarados, desconocidos y aparecidos costeños que tenían todo que mostrar menos las credenciales mínimas para poder llevar a cabo alguna obra, interventoría o servicio público.

La gente se descrestó al amparo de las publicaciones que ensalzaban a estos y otros aparecidos, los gremios los encumbraban como los más altos y connotados socios y la elite social los mostraba como los más caros ejemplos a seguir, pues, en definitiva, lo importante eran las enormes cantidades de dinero que amasaban en vez de elogiar el mérito, el esfuerzo y la tenacidad que los precedía.

El mediocre periodismo del ayer fue reivindicado por uno más serio y profesional como el que mostró RCN la pasada semana y ello, en absoluto, es menor para una sociedad ávida de bondadosos ejemplos de progreso y ascenso social.

Lo triste es que infortunadamente seguimos en las mismas, las masas se dejan deslumbrar no por el mérito, el estudio, el trabajo y la disciplina, sino por unos nuevos ricos que escudados en la corrupción y en sus millones enceguecen a unos anodinos periodistas que siguen viendo en ellos a los mejores ejemplos para nuestras nacientes generaciones.

*Presidente Corporación Siglo XXI