Adiós a los comunistas
El Polo “Democrático” Alternativo decidió, valientemente, expulsar al Partido Comunista de su confederación partidista.
Lo hizo porque a pesar de tanto tiempo de complicidad y connivencia evidenció que esa organización antes que política parecía más una organización criminal. Sí, criminal, pues a pesar de sus respetables posturas ideológicas hay una que resulta inaceptable y es continuar profesando la virtud y benevolencia de todas las formas de lucha -inclusive la terrorista- para alcanzar sus propósitos e ideales.
Así, esta organización, la comunista, acá y en todas las latitudes ha sido cómplice de una infatigable y despiadada guerra social, donde el odio, la animadversión y el repudio entre los mismos compatriotas es su lema. Eso enseñan, eso comen, de eso y para eso viven y así destrozan toda obra colectiva.
La Unión Patriótica era el brazo político de una organización delincuencial cuyos métodos terroristas eran inmejorables y su visión totalitaria del Estado incontrovertible. La UP se extinguió por dos razones: una, porque un grupo de criminales decidió hacer justicia pero por propia mano, es decir, acudió a las vías de hecho para hacer lo que debieron haber hecho los jueces mediante los cauces legales y, la otra, porque la comunidad no quiso comerse el cuento de que para ser bueno y enarbolar unos buenos ideales políticos hay que cohonestar con actos malos en contra de la gente.
Los comunistas se dieron el lujo de meterse a la UP y, una vez acabada ésta, posaron nuevamente de comunistas, “sin más”. Después y sin dejar de serlo, se metieron a hacer parte activa del Polo y, ahora que a sus gobernantes se les han encontrado escandalosos casos de corrupción y a sus dirigentes los tildan de ineptos y corruptos, han decidido romper cobijas.
¿La excusa? Fácil, decir que los comunistas comulgan con las tesis terroristas y que ello es intolerable. Lo segundo es cierto. Para un Partido político que se quiera llamar Democrático las vías de hecho deben ser inaceptables. Con todo, lo primero, esto es que los comunistas comulgan con las tesis terroristas, era conocido desde siempre con lo cual no se explica cómo ahora la dirigencia del Polo se muestra sorprendida y atormentada por ese hecho.
A pesar de la buena acción y de las buenas intenciones, por ese hecho a los del Polo les cabe tanta responsabilidad en la complicidad con los delincuentes como a los comunistas.
*Presidente de la Corporación Pensamiento Siglo XXI