Elecciones y razón del voto
Todas las elecciones son importantes pero hay unas más que otras. Las que se nos vienen este domingo son particularmente relevantes. Se trata de elegir a un Congreso que deberá implantar los acuerdos de paz alcanzados en La Habana.
Sobre estos acuerdos no se sabe nada. Así fue la regla: “nada está acordado hasta que todo este acordado” y como quiera que no hay acuerdo total no tenemos nada. Pero llegará, el presidente Santos se la jugó por la paz negociada después de la derrota militar que les impartiera el presidente Uribe, y por talante y porque así lo demuestra la historia, no queda duda de que el doctor Santos firmará algún acuerdo. Documento al que llamará de paz y así lo venderá ante el mundo.
Paz no va a haber, desde luego, pero el intento es respetable, válido y, dependiendo de su contenido, plausible. Faltará que el Congreso lo reglamente y de allí la importancia de estas elecciones.
Por eso creo que votar por la lista uribista al Senado y la conservadora a la Cámara es lo más conveniente. ¿Las razones? Varias: 1. Rompe con el unanimismo que revistió a este cuatrienio (92% de los congresistas eran gobiernistas) y que sirvió para sacar infinidad de reformas legislativas pero no para alcanzar las grandes reformas que requiere el Estado, tales como la justicia, la salud, la educación y el ordenamiento territorial. 2. Nos jugaremos el destino económico toda vez que las reformas agrarias, de competencia territorial, ambiental y minera marcarán el rumbo del sistema económico que nos planteemos. 3. Sellará las grandes discusiones históricas como, por ejemplo, si vamos a hacer una paz con impunidad o sin ella-, si los máximos terroristas de la historia humana purgarán cárcel o no; si el negocio de la droga se desmontará definitivamente o no (las Farc son el más grande cartel del mundo -60%- lo producen y distribuyen las Farc) entre otros aspectos. 3. Porque creo en el equilibrio de poderes. Este gobierno lo ha comprado todo. Más de 7 billones en subsidios agrarios, 100 mil viviendas gratis, la mayor torta publicitaria en los medios masivos de comunicación de la historia; las mayores negociaciones políticas, en fin, nunca antes como ahora se había concentrado tanto poder en el ejecutivo. Por eso urge encontrar en el Congreso un contrapeso democrático y razonable.
Como si lo anterior fuese insuficiente, creo que es necesario renovar las caras del Congreso y, sin lugar a dudas, es en la lista uribista al Senado la que más caras frescas, nuevas y pilas exhibe.
*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.