Samuel Ángel* | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Febrero de 2014

Tres golpes al comercio en Bogotá

“Los casos de San Victorino, San José y la 38”

 

Estos son tres golpes contundentes que la mala administración viene asestando al comercio céntrico de la capital. Primero. El 31 de agosto de 2007, Emilio Tapia y otros, firmaron un “Acuerdo de contratación y confidencialidad” en el que pactaron con la Empresa de Renovación Urbana (ERU) que Urbe Capital, una unión temporal representada por Julián Gómez, conformada por una empresa suya, una de Tapia, y otras, que ellos manejarían la gerencia del proyecto “Cielos Abiertos”.  Con gran eficacia, 32 días después de esa firma, le fue adjudicado el millonario negocio.

El 9 de julio de 2011 se liquidó el contrato de Urbe Capital ya que la Contraloría encontró pruebas suficientes que determinaron el multimillonario robo al patrimonio público de los bogotanos. Robo de más de $15.000 millones. Nunca se hizo realidad el proyecto.

Segundo. Santos en su nueva “Ley Anti contrabando” cuyo curso sigue en el Congreso bajo los números 091 y 094/2013 en Cámara y Senado respectivamente,  asocia al pequeño comerciante como auxiliador del terrorismo. Sin embargo, el sector trabaja en comercio desde hace más de 50 años,  pagan impuestos y han logrado un proceso de formalización que llega al 80% en la actualidad. El artículo 319 del código penal es muy claro en el tratamiento del contrabando y sus afines, pero la nueva ley permite expropiaciones al estilo chavista, lo cual puede generar una confrontación social en la ciudad de proporciones inimaginables. La afectación llegaría a 23.000 locales en lo que tiene que ver con San Victorino, San José y la 38.

Tercero. La intervención realizada por Santos y Petro a la calle del Bronx no pudo ser más ineficaz e improvisada. De los 9.614 habitantes de allí, según el último censo, más de 3.000 estaban en relación directa con el Bronx, cuyo destino ha sido deambular por toda la zona del comercio céntrico de la capital y un gran porcentaje aterrizó en la Plaza España. Las ventas del sector cayeron inmediatamente. La “Ciudadela del cuidado” que sería la encargada de recibir a estos necesitados, como tantos otros proyectos prometidos por la administración Petro, jamás se realizó. La delincuencia creció en el sector y los compradores llegan al lugar atemorizados.

Estas malas administraciones dejan al garete los problemas de fondo en la ciudad, sin control a la corrupción, generando trampas al ciudadano a través de articulitos y dándole la espalda al comerciante mientras la demagogia del balcón sigue sin freno en la capital.

*Director Ejecutivo Think Tank Libertad, Prosperidad y Democracia