Empiezan a conocerse cifras dramáticas de una economía en apuros, agravada por los escándalos y corrupciones que recaen a diario sobre sectores público y privado.
Los medios han dejado al descubierto tenebrosas maniobras que se registran con mayor encono en estos primeros meses del 2023. Dineros sucios en las campañas debilitan al Estado, mientras corrupciones que alcanzan dimensiones internacionales, desacreditan -hasta ahora- respetables organizaciones financieras. A esto se agregan las tradicionales perversiones políticas, que con los años crecen como la espuma a lo largo y ancho del país.
Los medios que se atreven a investigar y acusar reciben garroteras de todos los lados. La Flip, por fortuna no desmaya en su misión de apoyo a medios y periodistas que se atreven a penetrar en lo oculto.
Ni la venalidad, ni la deshonestidad tienen límites en este país en el que poder y dinero manejan todo a su antojo.
Vale la pena echar una ojeada a lo que ocurre a nuestra economía, porque se nos está cayendo la estantería.
Terminado el gobierno Duque se armó una tremolina sobre el deterioro en que se dejó al país en términos financieros. Se habló de la olla rapada, por la inexistencia de fondos públicos. Era necesaria una reforma tributaria que con ímpetu defendió y saco adelante el ministro Ocampo. Con ella las cosas serían más llevaderas, decían los nuevos gobernantes.
Pero hoy se entrevé otro panorama debido a la falta de gestión de Petro y sus muchachos. En un año y 11 días, no han sido capaces de manejar el fogoso presupuesto de 405 billones de pesos que les dejaron Duque y la reforma.
Increíble que no se haya logrado utilizar más que un 14% de ese dinero, por ineficiencia, según lo advirtió el Mininterior, Luis Fernando Velasco. Por esa razón, Petro prepara otra remoción de ministros. Habrá caras nuevas en los carros oficiales.
Es increíble que la plata del Estado se encuentre en los bancos y corporaciones beneficiando al sector financiero y al parecer, a quienes escogen las instituciones a las que van esos fondos.
Las altas tasas de interés que fija el Emisor, para controlar la inflación, frenaron la inversión y bajaron la ejecución del presupuesto. Mientras los fondos del Estado duermen, el país soporta una desaceleración en su economía y una baja inversión empresarial y gubernamental. Así se impide la reactivación que Colombia requiere con urgencia para que la construcción y demás actividades como el comercio, la industria y la agricultura, nos devuelvan la tranquilidad y controlen la inflación.
Nadie sabe si la viajadera del presidente, está impidiendo el manejo del gigantesco equipo que lo acompaña. Es decir: tenemos plata, pero guardada o lucrando a otros intereses. El escaparate va al suelo.
BLANCO: Por fin Petro anuncia medidas que controlen los precios de la carne. Freno a exportaciones de carne en pie y ojalá a los hatos que destruyen la selva.
NEGRO: Difícil entender cómo Trump, con 91 inculpaciones criminales, puede seguir aspirando a la presidencia en Estados Unidos, país líder en democracia.