Colombia necesita una gran reforma de la Justicia y esto no depende de la cumbre de dirigentes políticos convocada a la búsqueda de suscribir pactos, lo indicado es que la JEP prosiga su misión con base en las normas presentes y sus magistrados eviten el ejemplo de Poncio Pilatos cuando se lavó las manos.
Millones de ciudadanos, mayoritariamente, nos opusimos a la estructura prevista en el Acuerdo de Paz con las Farc, en referencia a la Justicia Especial, al perdón por la comisión de delitos dependiendo de las fechas en que se hubiesen cometido los ilícitos, nuestras inquietudes no se tuvieron en cuenta, ni siquiera la de evitar que el narcotráfico fuese considerado conexo dentro de la actividad insurgente, todo quedó incorporado a la Constitución.
La JEP empezó a funcionar, la justicia se dividió en ordinaria y especial, respecto de la comisión de delitos se incluyó la inaplicabilidad de penas a quienes en ellos incurrieron antes de la firma del Acuerdo de Paz, es decir con antelación al primero de Diciembre del 2016, ahora la Sala de Revisión de la JEP dicta un fallo en el caso de Jesús Santrich, sindicado por los Estados Unidos y la Fiscalía de negociar tráfico de cocaína, en el cual determina que ante la imposibilidad de definir fechas, el dirigente de las Farc recibe el beneficio de la no extradición, ordena su libertad y abre la puerta para que ocupe una curul en el Congreso, lo cual ha ocasionado la renuncia del Fiscal, de la Vice-Fiscal, de la Ministra de Justicia, el pronunciamiento del presidente de la República y divergencia de opiniones.
El magistrado Eduardo Bobadilla, ponente de la Providencia dice que después de un año no fue factible precisar fechas, “a la Sala sólo le correspondía establecerlas, si en otros órganos se llega a determinar que los hechos acontecieron después de la firma de la paz, deben ser la Fiscalía o la Corte Suprema de Justicia las que actúen”. La Procuraduría con pruebas recientes anuncia apelación de dicha decisión, el acusado no ha sido absuelto ni condenado, sigue preso porque fue recapturado por la Fiscalía para ser juzgado por la justicia ordinaria, se aplaza su extradición. El abogado Iván Duque, mandatario de la Nación, tiene que ser consciente acerca de la bondad de escuchar opiniones de jefes políticos sin mesarse los cabellos, en defensa de la institucionalidad, ajeno a pactos inoportunos e inconsecuentes.
De otro lado, compete ejercer el Derecho con criterio histórico antes que dogmático, la honradez de los jueces no consiste solamente en abstenerse de prevaricar porque la justicia y la verdad no admiten términos medios.