La amenaza de Gustavo Petro de llamar a una constituyente es una muestra más de su inestabilidad, piensan algunos, entre ellos el dirigente comunista Jorge Enrique Robledo, quien recientemente afirmó: “Lo de la constituyente de Gustavo Petro no pasa de ser un cañazo, no tiene los votos suficientes para aprobarla en el Congreso ni para aprobarla entre la ciudadanía. Que la mencione, más que probar su fuerza política en Colombia, lo que demuestra es su debilidad, desesperación. No comer cuento”.
¿Es acaso esta la actitud de una fiera herida que muestra sus colmillos y se dispone a atacar para sobrevivir? Yo sí creo que nuestra democracia está en peligro. Lo de la constituyente no es un simple cañazo. Al contrario, es un amenazador “gruñido” que hay que tener muy en cuenta y enfrentar con toda la inteligencia que merece, sobre todo viniendo de una “fiera” tan peligrosa como es Petro.
Muchos pensamos que ese ha sido su propósito desde un principio, debilitar todos los estamentos de la sociedad, tomarse las instituciones, descomponer los servicios de salud, educación y pensiones y humillar al ejército, dejando progresar la violencia, los grupos armados y el narcotráfico causando el caos en que estamos.
Oigamos a los gobernadores en la reciente reunión de emergencia con el ministro de Defensa. Oigamos lo dicho valientemente por Adriana Magali Matiz, gobernadora del Tolima, cuando aseguró que su departamento no había sufrido, en 15 años, un recrudecimiento de la violencia como el que enfrenta hoy, prácticamente sin recibir ningún respaldo por parte del gobierno de Petro para defender el territorio, sus pueblos y veredas.
Los criminales tienen desestabilizado al país. En el campo y en las ciudades hay miedo, la población esta aterrorizada. Comencemos por los crímenes y amenazas de los que supuestamente negocian con el gobierno la “Paz Total” pero que constantemente incumplen las treguas pactadas, sin que el ejército pueda reaccionar por estar maniatado por dichos acuerdos.
Hay departamentos como Nariño, Cauca, Guajira, Caquetá y Putumayo donde los grupos armados ya tienen control de grandes extensiones del territorio.
El país se hunde en la violencia. El fortalecimiento de los grupos terroristas, el narcotráfico, el secuestro, el abigeato, los retenes ilegales y, sobre todo, el crimen más aberrante contra la población indefensa: la extorsión, la cual está creciendo como la espuma de una cerveza envenenada.
¿Y qué dicen los congresistas de las Farc de los crímenes que a diario cometen las disidencias en toda la Nación? ¿Acaso creen que por haberse cambiado su nombre a Partido de los Comunes, les vamos a creer que son ajenos a los crímenes de quienes fueron sus compinches, por décadas, en la selva? De ellos no hemos oído ni una sola denuncia en contra de los crímenes cometidos por las disidencias. ¡Qué vergüenza!
¿Una constituyente para qué? Para justificar su reelección y comenzar una secuencia de reelecciones manipuladas, eternizándose en el poder como lo ha hecho Nicolas Maduro, su modelo.
No nos crucemos de brazos ante tal amenaza. Petro es un maestro de las mentiras, las trampas y el odio. Un manipulador de masas como lo fue otro antisemita furibundo, Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler. Colombianos no caigamos en su trampa. Sin miedo respondamos contra su constituyente y otras pretensiones peligrosas.