"Jesús enseñó los principios de libertad que, si se siguen, traerán finalmente la mayor libertad y desarrollo a la humanidad":
Max Lyons, Hombres libres, mercados libres.
De acuerdo con el DANE, la pobreza monetaria en Colombia es del 39.3 %, equivalente a 19.6 millones, mientras que para el año 2020 fue de 42.5%, equivalente a 21.2 millones de personas, es decir una reducción de 1.6 millones de personas.
Sin embargo, la pobreza monetaria alcanza actualmente casi el 40 % de la población, equivalente aproximadamente a 20 millones de personas en el país. Una cifra sumamente alta.
Ante esta realidad, es necesario preguntarse, como se puede enfrentar este drama de la pobreza en Colombia de manera eficaz.
El gobierno entrante piensa hacerlo por medio de una reforma tributaria de 50 billones, que busca gravar a los más pudientes del país para entregar subsidios a los más necesitados. ¿Será este el enfoque adecuado y ofrecerá la solución para el problema de la pobreza en Colombia?
Ronald Reagan dijo: "El mejor subsidio es un buen empleo". El hombre ha sido creado para trabajar, para desarrollar una vocación, no para vivir de subsidios. Si bien, es cierto que algunas personas pobres necesitan ayuda, también es cierto que otros lo que necesitan es trabajar. En todo caso, el Estado no puede convertirse en una entidad de beneficencia, pues este no es su propósito original, el cual es ofrecer seguridad, justicia y condiciones apropiadas para que el mercado funcione con libertad y de esta forma se obtenga libertad, orden y desarrollo.
Para enfrentar la pobreza monetaria de casi 40 % no es necesario un superestado, un cuasi dios, que ofrece subsidios y todo "gratis" a las personas en detrimento de su libertad. No, lo que se necesita es volver a los principios de la Biblia para entender y aplicar sus sabias enseñanzas para la sociedad. El tema de la pobreza no es responsabilidad directa del Estado como se cree, sino de la familia, las Iglesias y las asociaciones voluntarias.
Ayudar a los necesitados, ya sea material, espiritual, emocional o de cualquier otra manera, es una obligación de todos los cristianos todos los días, para siempre. Max Lyon en Hombres libres, mercados libres señala que, si queremos preservar la libertad, sin tener un Estado que gasta enormes cifras en subsidios, tenemos que asumir nuestro rol como sociedad en el cuidado de los pobres. Se debe dejar el egoísmo a un lado y empezar ayudar de manera acertada a la gente que está en necesidad y que no está en condiciones de trabajar.
Dennis Peacoke dice: "La pobreza es el resultado del pecado: ya sea pecado personal, pecado parental, pecado social o pecado nacional" en Max Lyons, Hombres libres, mercados libres. Como el pecado está relacionado con la pobreza, es necesario un enfoque diferente y es el enfoque de la fe y de la verdad que trae libertad.
@feliperangel81
*Politólogo Universidad del Rosario.