Un oficio desagradecido | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Julio de 2022

No es fácil trabajar en Colombia… Algunos trabajan por el sueldo otros trabajamos por pasión. Mi primer trabajo fue como asesor en la oficina de transporte en la Aeronáutica Civil. Me gustaba ir al aeropuerto a trabajar y tenía una oficina con vista a la plataforma internacional y nacional. Trabajaba de la mano de quien hoy es el secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional OACI. No concibo hacer nada en la vida sino es movido por la pasión. La música que hago, el aeromodelismo, escribir y la aviación son mis pasiones y trabajo en mí pasión. Ruego a Dios que no me desenamore de ninguna de esas pasiones. Que un día no me levante y alguna deje de apasionarme. Es un gran temor que tengo…

Entendí en ese oficio y paso por el aeropuerto en la Aeronáutica Civil el significado de servidor público. Me preocupaba muchísimo como se iban algunos los viernes y dejaban trabajo urgente sin hacerse en un cajón. Literalmente los acusaba con el director. Cosa que me trajo muchos desencuentros. Por los recuerdos y por la buena época que pasé en la Aeronáutica Civil le tengo mucho aprecio.

Hace ya unos años que esa entidad ha venido perdiendo importancia. Es maltratada y manoseada por sus mismos 13 o 14 sindicatos e incluso por la mima ministra de transporte de quien se dice detesta la Aeronáutica Civil.  Por cuestiones laborales rutinarias tuve una reunión con el saliente director de Aerocivil en el salón vip de la Aerocivil el día anterior a su destitución. Tal vez fue la última reunión que tuvo como director.

 Lo observaba con mirada al vacío, se mordía las uñas y expelía estrés. Estaba en pleno empalme con el gobierno entrante de quien dicho sea de paso y - me lo confirman fuentes fidedignas -quieren acabar la entidad siguiendo el capricho y voluntad de los 13 o 14 sindicatos. Un peligro para la misión de la Aerocivil que no es otra que la seguridad aérea.

Pero sigo con el cuento…  al otro día de esa reunión estaba en el sótano de mi edificio y veo que entra el destituido director quien vive también ahí. Lo traía su esposa en su carro. Me acerqué a saludarlo y le dije: “siento mucho lo que te pasó”. Y él respondió con cara de indignación: “gracias, Juan Felipe, eso fue un tema político con la ministra…”  Qué desagradecido es a veces trabajar, pensé… Caerle mal a alguien puede resultar siendo una condena de muerte civil… mala fama... en la gente queda la sensación y la idea de que en ese caso del director es un corrupto por que la palabra “presunto” no la tiene en cuenta nadie… Se sacrifican muchas cosas por el trabajo y eso al final del día nadie lo va a valorar.

¿Qué necesidad había de botarlo con la peor fama al final de un gobierno? ¿Acaso la responsable del aeropuerto del café no era la viceministra de transporte?

juanfelipereyes@hotmail.com