Henry Kissinger tiene 99 años. Y sigue pensando y opinando con una rara lucidez. Y, ahora, en el pasado julio nos ha enriquecido con un libro que era indispensable porque como escribió uno de sus lectores “Nadie más habría podido producir esta obra maestra”.
Es que la vida privilegiada de Kissinger, como estadista y como maestro desde temprana edad. Allá en la Universidad de Harvard, le permitieron un amplio conocimiento de la historia y una experiencia personal como observador y actor de la misma, desde un observatorio excepcional. Y más que eso, como un interlocutor de personalidades deslumbrantes. Quién mejor que él para que nos cuente el resultado de sus meditaciones sobre el liderazgo, sus características, su importancia, su íntima relación con el estudio de la historia y la capacidad personal de evaluar con ojo clínico para así, inspirado por la intuición, por el instinto de acertar no obstante las ambigüedades e incertidumbre, manejar el riesgo sin saber que se va a acertar. Realmente quién más podría escribir un libro como el que hoy recomiendo como lectura imprescindible. Se titula “Leadership, six studies in world strategy”.
Me atrevo a escribir esta breve nota sin haberlo leído completamente. He sentido la necesidad -y la urgencia- de compartirlo. Comencé por la introducción, leí párrafos dispersos, al azar, fui a las conclusiones y, luego, me serené y comencé a leerlo como es usual, desde el comienzo, sin dar saltos, aguantando la curiosidad. Y no creo que sea capaz de escribir una columna cuando lo termine.
En un formato grande, son 465 páginas. Un índice de temas y nombres de 31 páginas y 46 páginas de notas bibliográficas. Mucho más que una mera reflexión personal. Se refiere a seis líderes: Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher. Y sintetiza el liderazgo de cada uno en cuatro palabras: por ejemplo, la “estrategia de la convicción” para referirse a la Dama de Hierro.
Trae no sólo su conocimiento de la historia sino sus observaciones y percepciones del trato personal con cada uno de ellos. Es como si hubiéramos sostenido con él una conversación de estas características. Una experiencia impensable. Una gran generosidad intelectual y un deseo auténtico de transmitir enseñanzas para un mundo hoy carente de líderes. Al final de su texto sobre Adenauer encuentra la oportunidad para referirse a Ángela Merkel, recordando su formación y su desempeño, como dirigente de Alemania, durante 16 años. En la introducción (pp. XXI-XXIII) Kissinger trae una sucinta presentación de cada uno de los seis líderes.
Adenauer, “la estrategia de la humildad”; Charles De Gaulle, “la estrategia de la voluntad”; Richard Nixon, “la estrategia del equilibrio”. Anwar Sadat, “la estrategia de la trascendencia”; Lee Kuan Yew “la estrategia de la excelencia”; y Margaret Thatcher, “la estrategia de la convicción”. Así hace evidentes los diferentes estilos de liderazgo tan ligados a distintas circunstancias históricas.
Kissinger entiende el liderazgo a la luz de la estrategia que un dirigente construye para lograr sus propósitos. Y, por eso, bien pronto entendemos que hay muchos tipos de liderazgo. Desde el que escoge el camino de la humildad, Adenauer, hasta el que selecciona el de la excelencia. Y eso hace más fascinante su presentación de los diferentes liderazgos, los cuales enmarca así: “los líderes están inevitablemente afectados por restricciones. Operan dentro de la escasez, porque cada sociedad enfrenta límites a sus capacidades y propósitos, dictadas por la demografía y la economía.
Ellos operan en un momento, porque cada era y cada cultura reflejan sus valores prevalentes, hábitos y actitudes que en conjunto definen sus resultados deseados. Y los líderes actúan en competencia, porque tienen que lidiar con otros jugadores -aliados, socios potenciales o adversarios- que no son estáticos, sino que se adaptan, con sus propias y diferentes capacidades y aspiraciones. Es más, las situaciones se mueven muy rápido y no permiten cálculos precisos: los líderes tienen que hacer juicios basados en intuiciones e hipótesis que no se han probado. El manejo del riesgo es tan crítico para un líder como su habilidad analítica”.
(Traducción propia).