Una nación con un solo destino | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Marzo de 2017

Así habló Trump al final de su discurso el pasado 28 de febrero. Describió el país como devastado por el crimen y las drogas, el deterioro de la infraestructura y la incompetencia de la burocracia. Quién lo creyera: los Estados Unidos también tienen estos problemas. Pero agregó: “El tiempo para pensar en pequeño se acabó. No es hora de peleas sin importancia.”

Algunos han dicho que fue más moderado que en la campaña y, probablemente lo fue al invitar a los demócratas a acompañarlo en algunos programas. Pero yo creo que se ratificó en todos sus puntos, aunque fue más explicativo y menos agresivo.

Quiero llamar la atención sobre algunos de ellos.

Se refirió al "terrorismo islámico radical”  y llamó al Isis  "una red de salvajes sin ley que han matado a musulmanes y cristianos, y hombres, mujeres y niños de todas las creencias”. Invocó la solidaridad de los países musulmanes que no comparten esa filosofía radical. Con ello justificó sus decisiones sobre controlar la migración de siete países islámicos y la migración en general, ésta última porque se pierden empleos e ingresos de las familias, y mencionó dos ejemplos de asesinatos cometidos por indocumentados que habían salido de la cárcel e incluso sido expulsados pero volvieron a entrar. "Creo que una reforma migratoria real y positiva es posible, siempre y cuando nos concentremos en los siguientes objetivos: mejorar los empleos y los salarios de los estadounidenses, fortalecer la seguridad de nuestra nación y restablecer el respeto a nuestras leyes". Y agregó que había que imitar a Australia y Canadá que permiten la inmigración pero basada en el mérito del migrante.

Se ratificó en la construcción del muro como un mecanismo para controlar la inmigración y el tráfico de drogas, sobre el cual dijo: “Vamos a detener las drogas que entran a nuestro país y el envenenamiento de nuestra juventud.” ¡Ojo. Colombia!

Respecto de los TLC dijo que “hemos perdido más de una cuarta parte de nuestros empleos en la industria desde que se aprobó el Nafta y hemos perdido 60.000 fábricas desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio, en 2001. Nuestro déficit comercial con el mundo el año pasado fue de casi $ 800 mil millones” con lo cual justificó su idea de revisar esos tratados. “Compre americano” será la guía en el futuro. No se trata solamente de “libre comercio”, sino también de “comercio justo”, para lo cual reducirá los impuestos a la industria americana y a la clase media. El Presidente anunció un aumento importante en el gasto militar. Dijo que honrará las alianzas militares históricas  y declaró explícitamente su apoyo a la Otan. Pero agregó que cada uno debía cubrir sus propias obligaciones financieras.

Se refirió al “Obamacare”, el programa estrella de salud de Obama, el cual, dijo, ha fracasado y hay que reemplazarlo por uno privado que cubra a todo el mundo sin preexistencias y con medicamentos más baratos que sean aprobados rápidamente por el gobierno.

“Mi oficio no es representar al mundo. Mi oficio es representar a los Estados Unidos”. Y se preguntó: “¿Qué país vamos a dejar a nuestros hijos?”

***

Cómo me gustaría que nuestros gobernantes, enredados en politiquería barata se preguntaran también: ¿Qué país vamos a dejar a nuestros hijos?