“Nuevo gobierno debe revisar relaciones internacionales”
En el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, Bolívar propuso la creación de una confederación de estados de América. La idea fracasó, pero es el antecedente remoto de la OEA. En 1889, en la Conferencia de estados americanos reunida en Washington, se creó la Unión internacional de Repúblicas Americanas que luego se transformó en la Unión Panamericana, sobre la cual se creó en 1948, durante la IX Conferencia Panamericana, la OEA. Para aquellas épocas, los estados americanos habían ya suscrito una serie de tratados comerciales, sobre extradición y prohibición de la intervención en los asuntos internos de otros estados y creado varias instituciones especializadas como la Organización Panamericana de la Salud, el Instituto Interamericano del Niño, el Comité Jurídico, la Comisión Interamericana de Mujeres, la Junta Interamericana de Defensa y otras, que hoy conforman el cuerpo del sistema interamericano.
En 1948, se creó la OEA, se adoptó la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y los tratados sobre soluciones pacíficas y asistencia recíproca. Entonces eran solamente 21 estados los miembros, pero en 1967 se resolvió admitir a los pequeños estados del Caribe, con lo cual el número subió a 35, menos Cuba que fue expulsada en 1962 por sus vínculos con la Unión Soviética. En 2009 se autorizó su reingreso que aún no ha efectuado. En 1959 se creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en 1969 se firmó la Convención Americana sobre el tema y se creó la Corte. En 2001 se aprobó la Carta Democrática para defender el sistema en el continente.
Unasur es una organización internacional creada en 2008 (entró en vigor en 2011), producto de la imaginación febril de Chávez -bajo la inspiración del Foro de Sao Paulo y con la complicidad de los gobiernos Kirchner y Lula da Silva- que quería hacerle contrapeso a la OEA de la que decía era solamente un instrumento de los Estados Unidos. Sus estatutos hablan de “plena vigencia de las instituciones democráticas”, aunque incluía a Bolivia y Venezuela. Sus objetivos específicos, enumerados en el artículo tercero del Estatuto, son una retahíla de lugares comunes. El Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegadas y Delegados y el Secretario (sic) General son las “órganas y órganos” de gobierno y tiene, además, un parlamento suramericano y sus secretarios, que son las personas al mando. Néstor Kirchner, Ma. Emma Mejía, Alí Rodríguez y Ernesto Samper han sido sus secretarios(as), cargo vacante desde 2017. El actual presidente pro témpore es Evo Morales.
Como parte de su programa de gobierno el presidente electo ha sugerido que Colombia se retire de Unasur, que solamente sirve de soporte al régimen venezolano, y ha pedido al secretario General de la OEA que lo apoye. De hecho, varios países (Brasil, Paraguay -que fue suspendido en 2012- Argentina, Chile, Perú y Colombia) se han retirado temporalmente de la organización. Un comentarista argentino dijo que “sería un error grave que Colombia le diera un portazo a Unasur, pues, en esencia, el país es parte de América del Sur y requiere de ella tanto en clave geopolítica como geoeconómica.” Lo cual no dice nada si son seis países los que se retiran.
El nuevo gobierno tiene que emprender una revisión integral del manejo de las relaciones internacionales, entre ellas la persistencia del Pacto Subregional Andino que hoy genera más problemas que ventajas y revisar la utilidad y efectividad de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, sustituida hoy con ventaja por los tratados de libre comercio.