El Premio Lee Kuan Yew World Prize otorgado a Medellín como la ciudad más innovadora del mundo debe entenderse como galardón a la gran área metropolitana de la capital antioqueña, los municipios de Bello, Envigado, Itagüí y Sabaneta incluidos. La Corporación Ruta N, cuya sede se encuentra próxima a la Universidad de Antioquia, es el nodo de una visión de desarrollo urbano que incluye a las entidades municipales que hacen parte del gran Medellín.
El objetivo de construir la ciudad inteligente es la mejora de la calidad de vida mediante el uso de tecnología que eleva la eficiencia de servicios y satisfaga la totalidad de sus necesidades. Se trata de una visión integradora que involucra tecnología de información y comunicaciones y el denominado principio Internet de las Cosas que garantice la administración correcta y fluida de los activos de la ciudad. Todo bajo los preceptos de que los funcionarios deben interactuar directamente con la comunidad y la infraestructura citadina y desplegar monitoreo en tiempo real. Los datos deben estar sujetos a muy cortos lapsos de renovación.
Medellín y sus vecinos han alzado una ejemplar infraestructura colaborativa. Está el caso de la hermosa Sabaneta, al sur del valle de Aburrá, donde sólo había fincas productivas y de recreo hasta hace 15 años. Hoy es floreciente factor de esa urbe inteligente que es Medellín.
Un caso ilustra el hecho. Hace apenas 8 años dos empresarios distinguidos, Juan Carlos Trujillo Barrera, presidente de Findeter en su periodo de mayor vitalidad y Hernán Moreno Pérez, líder de la construcción, se unieron para crear la Universidad de Sabaneta. Un sueño que parecía ocultarse en la lejana estratósfera es hoy realidad plena. En el terreno que sirvió inicialmente a la crianza de caballos finos despuntó un semillero de progreso.
La corporación educativa ha recibido las más altas acreditaciones en menos de 10 años. Cuenta con facultades de Ingeniería, Negocios y Ciencias Empresariales, Comunicación y varios diplomados, todos afincados en la gestión de calidad. Se ha creado un departamento de Asuntos Asia-Pacífico en la convicción de que norte chocoano y oeste antioqueño tienen vocación pacífica y por esta vía conexión con los países pacíficos asiáticos. UniSabaneta, como es conocida en la región, es ya motor de este esfuerzo y participa activamente en la construcción de los ingredientes tecnológicos de esta urbe inteligente de la cual es parte el villorrio montañoso, de clima friolento en las noches, donde se alza la casona estilo colonial español de José Félix de Restrepo, el criollo sabio y valiente que en medio de los enfrentamientos bélicos de la independencia siguió hablando a todos de paz.
Al ascender por la legendaria vía de La Doctora se identifican dos complejos. A la derecha, verdes aún los contornos, la casa de Restrepo, hoy museo nacional. A la izquierda, la Universidad de Sabaneta, con su más reciente edificio inteligente de 8 pisos. No es fortuito que su logo institucional sea la paloma, símbolo de la paz, así como sobre la casa de Restrepo es imposible no adivinar el mismo emblema.
La obra iniciada por Trujillo y Moreno se centra en desarrollo y riqueza a través de educación en el marco de un área metropolitana cuyos líderes entendieron que sólo el factor inteligencia jalona en forma definitiva fuera de la pobreza.
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Hace algunos meses hice en esta columna afirmaciones injustas e inexactas sobre esta naciente institución a la cual he estado vinculado con orgullo. Ni demandas civiles ni laborales ni acciones penales se han tramitado contra UniSabaneta. Menos todavía funcionarios suyos han estafado a alguien. Con el mejor de los ánimos -no obligado por ningún organismo jurisdiccional- formulo esta aclaración y ofrezco mis excusas a mis amigos. Convertir en pugnas lo que son desacuerdos connaturales de gestión es error que nunca se acaba de deplorar.