VICENTE TORRIJOS R. | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Mayo de 2012

Diálogos trampa

 

Temeroso de que Israel, solo o con los EE.UU., emprenda una acción militar en su contra, Irán ha decidido proseguir con entusiasmo las negociaciones con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Desesperada porque el gobierno conservador de España no accede a ninguna de sus pretensiones, la banda terrorista Eta, a la que muchos daban por liquidada, les plantea tanto a Madrid como a París una negociación cara a cara para salir del conflicto.

En ambos casos, el común denominador del diálogo es la trampa y la amenaza.

Me explico. Los iraníes son expertos en engatusar a sus contrapartes para dilatar los asuntos más delicados de seguridad, con lo cual, mientras dialogan solemnemente en Europa, aceleran sus planes para fabricar armamento nuclear.

Por su parte, los bandoleros de Eta anunciaron a fines del año pasado que cesaban las acciones violentas y sembraron la sensación en todo el mundo de que se habían desactivado cuando la verdad es que ni se disolvieron ni entregaron las armas sino que se fortalecieron electoralmente entre una población ilusionada con el fin del terrorismo.

Así que mientras dialogan, los iraníes no sólo se arman hasta los dientes sino que renuevan su clase política con dirigentes cada vez más radicales cuyo discurso sólo tiene un objetivo: la destrucción del Estado de Israel.

Y mientras aparecen como mansos corderos interesados más en la palabra que en las bombas lapa, los patriotas de Eta lanzan un ultimátum a los gobiernos de Hollande y de Rajoy conminándolos al diálogo directo sobre la independencia vasca.

Contactos, mesas de diálogo, aproximaciones, salidas negociadas, pero, claro, sin renunciar jamás a la decisión soberana de dotarse de armamento nuclear, o sin deponer las armas ni disolverse.

El Parlamento iraní está hoy bajo el control absoluto del antisemitismo obsesionado con borrar a Israel de la faz de la Tierra, y la Eta lo expresa con desvergonzada claridad en su memorial de la semana pasada: si no se negocia la independencia de Euskadi, “... se generarán situaciones perjudiciales y se alargará el sufrimiento”, es decir, volverán a explotar las bombas garrapata.

En resumen, diálogos trampa, como los que tanto anhelan en Colombia Márquez, Romaña y Timochenko. Diálogos sin que cesen las hostilidades, sin dejar las armas, para que Santos acceda a convocar a una Constituyente con curules aseguradas y así las Farc consigan cogobernar a Colombia.

Parecen realidades muy lejanas. Pero la conducta de Irán, la Eta y el Secretariado, son exactamente las mismas. Sólo que algunos congresistas y el Gobierno no quieren darse cuenta.