Víctor G. Ricardo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 16 de Marzo de 2016

ESTANCAMIENTO EN LA HABANA

La nueva visita del hermano del Presidente

SEGÚN trascendido, el proceso de paz con las Farc atraviesa una crisis y nuevamente el hermano del Presidente Santos, Enrique, viaja a Cuba a reunirse con el jefe de la guerrilla, igual que hizo hace unos meses cuando el proceso parecía estancado. En aquel momento Enrique Santos acordó con la guerrilla el procedimiento para lo que hoy se conoce como el acuerdo de Justicia Transicional, con sus 75 puntos, si bien aún falta por acordar la fórmula para nombrar los miembros del Tribunal creado.

En esta ocasión, la guerrilla parece estar en desacuerdo con la fórmula jurídica del plebiscito que plantea el Gobierno como adecuada para refrendar el proceso. Así mismo no debió caer bien en la comandancia de las Farc la afirmación hecha por el Presidente sobre que las Farc nunca contarían con ningún apoyo, que fracasarían en sus intentos políticos y que eran unos "mamertos", afirmación que nos sorprendió a todos por venir de quien está liderando un proceso para que la guerrilla haga política con las ideas y no con las armas. Finalmente la guerrilla se ha declarado contraria a la Ley que se aprobó en días pasados y que busca autorizar al Gobierno para la creación de zonas de concentración para la desmovilización y el acuerdo bilateral y definitivo de cese al fuego y hostilidades, incluyendo la dejación de las armas.

El país creía que todos estos aspectos y procedimientos habían sido previamente dialogados y acordados por los negociadores y por ello se estaban reglamentando. La pregunta de rigor es, entonces, en qué fase estamos y qué es lo pactado.

Entre tanto hay que esperar al regreso de La Habana del hermano del Presidente para conocer cuál es la solución que esta vez se diseña, que ponga fin a la crisis. Y es que si bien la casi totalidad de los colombianos acompañan al Gobierno en la búsqueda de un acuerdo que de por terminado el conflicto, existe malestar y preocupación por la forma y el contenido de lo pactado, porque existe desconocimiento de lo realmente acordado y una vez más, insisto,  en la falta de pedagogía social. Considero que si el Gobierno no asume su obligación de informar y hacer pedagogía a los colombianos sobre lo que hasta hoy está sobre la mesa y de lo que aún falta por convenirse, los rumores acabarán con el apoyo y la paz entonces puede peligrar, porque ésta debe y tiene que ser una política de Estado si queremos su estabilidad y duración.