Arte boliviano con Erika Ewel | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Mayo de 2016

GRACIAS A la Embajada de Bolivia y la Fundación Enrique Grau, la artista visual Erika Ewel llega a Colombia con sus mejores obras, entre pinturas en lienzo, fotografías y dibujos, que enamoraran a los amantes del arte contemporáneo y todo aquel que se acerque a Casa Grau hasta el 31 de este mes.

 

Erika Ewel nació en Bolivia, en 1970.En su obra, ella explora y combina distintos medios, desde la pintura y el dibujo hasta el bordado y la fotografía, para reflexionar acerca del espacio subjetivo, la memoria y la identidad. Estudió Bellas Artes en la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil; obtuvo una maestría en pintura en la Academia de San Carlos de México.

 

Realizó más de 25 exposiciones individuales y representó a Bolivia en diversas bienales de arte, como las celebradas en Cuenca, Ecuador; en Porto Alegre, Brasil y en Tijuana, México. También participó en exposiciones colectivas en USA, Argentina, Canadá, Chile, México, entre otros países,entre las cuales destacan los proyectos El Cambio, en el Museo de las Américas OEA, Washington,USA; Último libro,Proyecto de LuisCamnitzer, enZúrich, Suiza;Bolivia más allá del Tiempo, en el Museo de Bellas Artes, Santiago de Chile; Fotoencuentros I y II, La Paz, Bolivia. Obtuvo el granpremio bienal Internacional SIART. Su portafolio fue seleccionado en el visionado de porfolios PHEspaña 2011.

 

La obra de Erika Ewel es una producción de poesía visual y textual. Se manifiesta con multiplicidad de medios y lenguajes tanto tradicionales como actuales; usa el lienzo, el papel, las gelatinas de plata o los bits de los soportes digitales, crayones, oleos, pinturas, lápices, pinceles, agujas, hilos, y cuanta cosa le pueda servir para producir sus obras.

 

Los resultados de su trabajo pueden ser: Pinturas o fotografías, collages, ensambles o instalaciones, textos, palabras, poemas, conceptos entremezclados y sostenidos por los materiales que ella utiliza a su antojo. Su expresión plástica es unas veces figurativa, realista, testimonial y otras es abstracta y todas las posibilidades en que se manifiestan los mundos simbólicos que la artista reflota, deconstruye y reelabora.

 

 

El espectador tiene que participar en el proceso de diálogo y creación de Erika reaccionando, respondiendo, leyendo y reinterpretando los elementos implícitos en las telas cortadas y desgarradas en los superpuestos de trazo de lápiz o pincel, en las puntadas que sujetan las partes que también aportan tanto al lenguaje como al contenido.

 

Las sugerencias de descripciones topográficas que tienen las obras de Erika son posibles legítimas y válidas. Son como planos topográficos de curvas de nivel como infogramas del tiempo y de lugar de cada quien en su memoria, son manifestaciones de la tierra, el aire, el agua y el fuego.

 

Parte esencial de la obra de Erika es el mirar, sentir, vivir y que hacer de mujer, ha usado los medios históricamente asociados con el que hacer del género femenino, el vestir y construir nuevas pieles, nuevas cubiertas, nuevas apariencias y nuevas esencias.

 

Con hilos y costura, con telas de colores, estampados, sello y pinturas, Erika gesta nuevas obras, nuevos territorios reales y simbólicos, en los que cada quien puede encontrar anclaje en un presente intemporal, sujetado por esos trozos de tela y esos hilos que hilaban entre puntada su memoria y la de la humanidad.