El tiempo está loco y la moda intenta adaptarse. Con inviernos cálidos, lluvias torrenciales y sequías en todo el mundo, las tendencias buscan acomodarse a esa locura del tiempo a consecuencia del cambio climático. Esa es la razón de que se vendan más sandalias en invierno y botas cerradas en verano con total normalidad.
Aunque no se puede prever con exactitud cómo va a evolucionar el clima, en principio las temperaturas aumentarán en muchas regiones del planeta y los cambios entre una estación y otra serán más bruscos. Ya es evidente que el verano termina prácticamente a mediados de octubre y en febrero no es tan raro empezar a ver la ropa de primavera.
Lo que conlleva a pensar que las personas se deberán a limitar a vivir entre el frío extremo y el calor sofocante. Sin duda, se vislumbra un cambio del abrigo a los shorts.
Esto ya ha hecho que las grandes empresas hayan cambiado su estrategia. Si hace años las colecciones principales se dividían en primavera-verano y otoño-invierno, al día de hoy no hay marca reconocida que no ronde las ocho colecciones al año.
En realidad, se trata de colecciones muy parecidas, prendas que se van adaptando a los ligeros cambios de temperaturas.
¿Entonces qué comprar?
Mientras las tiendas ofrecen un precioso jersey de cuello alto, en la calle hay una temperatura que alcanza hasta 20º C, por lo que supone un problema para las marcas, que se ven obligadas a proponer rebajas de manera casi permanente para poder darle salida a gran parte de sus existencias.
Por eso han empezado a contar con el asesoramiento de meteorólogos y climatólogos que les permitan anticipar un mínimo y prever la posible demanda de consumo. En realidad, a ellos no les compensa rebajar constantemente su mercancía. Y ni a los consumidores, ni mucho menos al medio ambiente.
Aproveche las capas: una de las mejores formas de adaptarse al clima es usar varias capas de ropa que pueda poner o quitar según la temperatura. Por ejemplo, puede llevar una camiseta, una chaqueta y un abrigo, y así estará listo para el frío o el calor. Lo mismo puede hacer con los pantalones, usando unos leggings debajo de unos jeans o unos shorts.
Tejidos transpirables: los tejidos que permiten que el aire circule y que absorben la humedad son ideales para los días en los que el clima cambia mucho. Algunos ejemplos son el algodón, el lino y la seda. Evite los tejidos sintéticos como el poliéster o el nylon, que pueden hacer sudar más y sentirte incómodo.
Colores neutros: los tonos como el blanco, el gris o el beige son muy versátiles y combinan con todo. Además, no atraen tanto el calor como los colores oscuros o vibrantes, por lo que son más adecuados para los días impredecibles. Puede usarlos en prendas básicas como camisetas, pantalones o faldas y añadir algún toque de color con los accesorios.
Plisada
La falda midi plisada es una de las tendencias más fuertes para este año. Se trata de una prenda versátil, elegante y cómoda que se adapta a cualquier ocasión y estilo. Se originó en los años 50, cuando Christian Dior la popularizó como parte de su colección New Look. Desde entonces, ha ido evolucionando y reinventándose hasta convertirse en un básico de armario que nunca pasa de moda. Su largo por debajo de la rodilla y sus pliegues le dan un aire sofisticado y femenino que favorece a cualquier tipo de silueta. Una de las ventajas de la falda midi plisada es que se puede llevar tanto en invierno como en verano, solo hay que cambiar los complementos y el calzado.
Camiseta
Puede optar por una camiseta de manga larga o una camiseta ligera de manga corta. Puede combinarse con una chaqueta ligera en caso de que sienta un poco de frío. Las camisetas son perfectas para todos los climas: si hace frío, solo debe colocarse algo encima, pero si a los cinco minutos sale el sol, como generalmente pasa, puede quitárselo y disfrutar de estar cómodo y relajada.
Zapatos
Elija un par de zapatos cómodos y adecuados para la actividad que vaya a realizar. Si va a caminar o a hacer ejercicio al aire libre, asegúrese de llevar zapatos deportivos con buena amortiguación. Si va al trabajo, es mejor ir con tacones bajos y que tenga cámara de aire por si hace calor.
Complementos
Los complementos pueden ser sus mejores aliados para completar el look y protegerse del clima. Un sombrero o una gorra pueden protegerlo del sol o de la lluvia, unas gafas de sol pueden evitar que le moleste la luz, una bufanda o un pañuelo pueden abrigarle el cuello o servir de chal y unos guantes o unos calcetines pueden calentar sus manos o pies. También es importante llevar un paraguas o un impermeable por si acaso.
Prendas para la noche
Abrigo: un buen abrigo debe poseer materiales fuertes, resistentes y en algunos casos impermeables. La durabilidad y la calidad son cruciales para que perdure por varios años. Aunque el costo de esta prenda puede ser elevado, es una inversión que vale la pena. La elección de un estilo atemporal y que no pase de moda será un plus para retomarlo cada temporada.
Faldas y vestidos: están permitidos siempre que se lleven unas buenas medias debajo. Un básico de fondo de armario de invierno es un vestido liso por encima de la rodilla con manga larga o francesa. También se recomienda una falda tubo, ideal para temperaturas altas.
Bufanda: este accesorio es ideal para acompañar los atuendos en temporada de frío. Es más sencillo llevar una buena bufanda en la cabeza, como si fuera un gorro, o llevarla alrededor del cuello para contrarrestar las bajas temperaturas. Este accesorio puede ayudar a destacar y a lucir muy bien cuando hace frío.
Jersey en tono neutro: estos suéteres son muy prácticos para el guardarropa de época invernal, por ser cálidos y elegantes, siempre y cuando se escojan el material y los colores que mejor se adapten a la ocasión.