Carlos Álvarez, la nueva sangre de las letras cubanas | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo - Miguel Valencia
Martes, 30 de Abril de 2019

LA versatilidad, la crítica contra el poder y el enorme dominio del lenguaje han llevado al cubano Carlos Álvarez posicionarse como una de las promesas de la literatura latinoamericana en la actualidad y se hace presente en FILBo.

Su prosa fresca y la enorme reverencia por la palabra, la cual acaricia y mima a través de un lenguaje sencillo, donde  las historias y las narrativas tienen el fresco aroma de la juventud, le ha permitido redefinir los espacios de la Cuba que precisa en cada una de sus letras.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve a Cuba luego que los Castro dejaron el poder en manos de Miguel Díaz Canel?

CARLOS ÁLVAREZ: Ahora mismo el país está en una zona muerta donde no se ve muy claramente un propósito ni una idea más o menos coherente de en ningún orden. Sin embargo, a veces la historia sorprende, ¿no? De repente, aunque parezca que estamos completamente dominados por el sopor, puede haber algo que no estamos viendo y que se está cocinando por debajo; pero aparte de esto no hay la sensación, al menos en el imaginario, de que estemos llegando a alguna parte.

ENS: ¿La idea del socialismo, justificada en países como Venezuela, Nicaragua y Cuba usted cómo la considera?

CA: El socialismo real es un fracaso, sin ninguna duda, y a pesar de que los países anteriormente mencionados cuentan con diferentes modelos en sus tipos de economías y en el control político, ninguno, mucho menos el cubano, rompe la crisis, sino que reproduce de manera pasiva la lógica totalitaria del socialismo real del siglo XX. Y ese totalitarismo específico al cual estamos evocando es decididamente es un fracaso.

ENS: ¿Cuál fue su experiencia a la hora de escribir ‘La Tribu’, que es la obra que está lanzando en esta FILBo?

CA: Me tomó cuatro años construirlo. Está compuesto de 16 crónicas e intenta retratar un momento histórico en Cuba, que va de 2012 a 2016. En ese periodo de tiempo empiezan a ocurrir hechos que adquieren un matiz histórico fundamental, como la visita de Barack Obama para lograr la reapertura de las relaciones internacionales con Cuba. El libro comienza con este primer hecho y culmina con la muerte de Fidel Castro. Los otros relatos son de otro estilo y recorren la vida de personajes de distinto corte y muy distinta trayectoria.

ENS: ¿Cómo ha logrado sacar adelante la revista ‘El Estornudo’, teniendo en cuenta la censura a la prensa que se vive en Cuba?

CA: Es un proyecto que se hace en condiciones muy alternativas, incluso a veces en condiciones precarias. Es básicamente una idea de “guerrilla” lo que permite sobrevivir a un medio, no podemos pensarlo como una revista más o menos convencional con una redacción propia, con un equipo más o menos organizado y que funciona en un mismo lugar, porque eso de alguna manera te vuelve un blanco fácil.

La revista la hacemos desde muy distintas partes y participan personas de Cuba y gente del extranjero con los cuales nos repartimos el trabajo. Es una red un tanto atomizada y sin un centro fijo. Como es un proyecto un tanto deslocalizado impide un poco ser secuestrada por el poder político. Nos vemos como toda la prensa independiente en Cuba, en una zona que no nos reconoce ninguna legalidad y es bastante precaria en términos de derechos.

ENS: Usted, que hace parte del grupo de los 40 autores jóvenes más importante de la FILBo, ¿cómo piensa que se le pueden dar unos matices más frescos a la literatura?

CA: No lo sé,  porque yo creo que las formas frescas en la literatura están en lo viejo. A veces lo que es pretendidamente nuevo más bien está ignorando lo que ya se hizo anteriormente. En la literatura difícilmente hay algo que no se haya hecho, más que de lo nuevo podríamos estar hablando de lo vivo. Una prosa en algún sentido absolutamente atemporal y eso es básicamente lo que a mí me interesa, y busco que mi escritura merezca eso.

ENS: ¿Cómo define la creación de su estilo, la estética y el ritmo a partir del cual usted construye narrativas?

CA: El único método que conozco es leer mucho y, por otra parte, para escribir no ficción recomiendo leer periódicos lo menos posible. No hay relación mimética entre la lectura de periodismo y el ejercicio del periodismo, al menos en el ejercicio de la crónica. Para escribir este género es mucho más saludable entrar en géneros directamente literarios como la poesía, la novela, el cuento o el ensayo antes de la lectura hueca y falsa de la prensa diaria.

ENS: ¿Cómo percibe el periodismo hoy en el continente?

CA: En crisis, como en todas partes y como ha estado siempre. No creo que no haya una época en que el periodismo no haya estado en una situación de crisis. Por razones muy distintas hoy a las de otros momentos, ¿no? Pero creo que hace parte de su estado natural. Sin embargo, dentro de esa crisis existe un oasis de buenas prácticas, tanto a nivel individual como a nivel de medios, que son siempre los referentes que enseñan un modelo de prensa interesante./Miguel Angel Valencia