Censurar en la escuela: el peor error | El Nuevo Siglo
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Domingo, 24 de Febrero de 2019
Mario F. Hurtado
Un propósito de la educación básica es el desarrollo de las competencias ciudadanas y formar ciudadanos con sentido político. Por eso, una propuesta sin sentido, pone en riesgo el derecho a la educación y el sentido de la misma.

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HAY un dicho popular que afirma que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. Eso parece ser la idea del representante a la Cámara por Bogotá del Centro Democrático, Edward Rodríguez, de llevar una propuesta represora que busca prohibir hablar de política en las instituciones educativas, con el argumento de “proteger a los niños en el libre desarrollo de la personalidad, en la libertad de pensamiento e integridad”.

Sin duda, el representante no conoce cómo en un proceso educativo y la labor política que significa formar ciudadanos con responsabilidad social y con capacidad de actuar y proceder en un mundo cada vez más complejo.

La propuesta incluye sanciones e inclusive despidos a profesores que hablen de política en el colegio. ¿Cómo se define eso? ¿Quién juzga cuando considere que un profesor hace política en la escuela? ¿Qué se entiende por política? Eso sería el inicio de un plan de represión y de una cacería de brujas que deja muy mal a un gobierno que es señalado de poco tolerante y agresivo entre varios sectores. Salir a debatir esto traerá más polémica, polarización y sensaciones de represión que no le hacen bien al gobierno.

La escuela ya es un espacio tradicional donde las presiones conservadoras vienen de todas partes, y tienen una lógica. Los padres por más liberales de ideas que sean en su mayoría quieren que sus hijos estudien en lugares donde no estén expuestos al alcohol, al tabaco, a los grupos juveniles, al inicio de la sexualidad, al libre pensamiento. Por eso, prefieren instituciones que les garanticen seguridad, que sus hijos exploren menos, es el motivo por el que son tan exitosos los colegios que enarbolan banderas de los valores o de la religiosidad. Eso, ya hace difícil la escuela. Hay temas que están vetados, es difícil tratar programas de prevención sexual. Muchos padres no se preocupan por la educación de calidad de sus hijos, pero salen a marchar si existen rumores sobre enseñar en la escuela temas de género, inclusión o diversidad.

Los profesores de sociales tienen que padecer las presiones de directivas y padres, cuando el mismo programa académico invita a analizar problemáticas sociales, explicar las causas de la violencia o analizar el conflicto armado del país. Existe un temor a la valoración, los educadores prefieren evitar temas que se consideran sensibles. Las editoriales de textos escolares se encuentran expuestas a denuncias por si un contenido resulta sensible frente a las creencias de una familia.

En conclusión, la educación es conservadora, proponer el desarrollo del pensamiento crítico, del aprendizaje significativo tan necesario en el mundo de hoy, requiere de analizar diferentes temas, conocer diversos puntos de vista, aprender a seleccionar fuentes de información y todo eso es una acción política, de hecho es delicado que el término que se piense vetar sea la política.

Otra cosa es el proselitismo político, que los candidatos de partidos entren a la escuela a hacer campaña, eso debe ser señalado y prohibido, pues la escuela no es el espacio para eso. Pero si lo es para formar en participación política.

En Colombia el modelo educativo más exitoso de las últimas décadas ha sido Escuela Nueva, que se implementó en las escuelas rurales del país hace más de 30 años. Y uno de sus principios es el gobierno escolar, enseñar sobre participación, hacer elecciones en la escuela, que los niños aprendan de cultura política, a debatir, a argumentar, a proponer. Un país que no ha podido cerrar un conflicto armado que lleva décadas, debe trabajar desde la escuela, que los cambios y los debates se deben hacer desde la participación política y no desde las armas y la violencia.

Ojalá, este proyecto tan aparatoso se archive. Ojalá los políticos antes de proponer acciones represivas, se informen, se asesoren y conozcan el sentido de la escuela, la labor de educar y la importancia de construir una cultura política en el país desde la primera infancia.

*Especialista en educación. El artículo no refleja la posición del medio, es de responsabilidad única del autor

@hurtadobeltrán.