China: la mejor y peor educación en el mundo | El Nuevo Siglo
Foto archivo Xinhua
Domingo, 25 de Septiembre de 2022
Mario F. Hurtado

China es el país que más ha mejorado en las pruebas PISA desde que se comenzaron a realizar estas evaluaciones que miden las habilidades en matemáticas, lenguaje y ciencias a escala global. El éxito de esos resultados, según el mismo Ministerio de Educación chino, se debe a que su sistema se caracteriza por el valor del trabajo duro, la disciplina diaria, respecto a la jerarquía de los mayores de edad y el valor por el trabajo y el talento.

La disciplina es considerada el elemento fundamental de la educación del país asiático, donde los estudiantes tienen la intensidad horaria más extensa del mundo con diez horas de clase presenciales, que suelen ser de 8 am a 5 pm, más las tareas que pueden hacer que los estudiantes terminen la jornada a las 10 de la noche.

Las diferencias entre el campo y la ciudad son enormes, y el enfoque por la competitividad en mejorar los resultados internacionales es evidente en las grandes ciudades, donde los estudiantes toman clases adicionales de música, artes y deportes de alto nivel.

Se educa a los jóvenes en el respeto, de tal forma que es una sociedad que se enseña para no protestar y mantenerse reprimida. El sistema educativo lo define como buen comportamiento que tiene calificación y se le quita puntos a los estudiantes que no cumplan con las órdenes de los profesores o de la institución.

Las escuelas a pesar de ser un país socialista se dividen en publicas y privadas y como pasa en varios países, las escuelas privadas son las que tienen mejores resultados y a la vez las más costosas que pueden ser posibles para la clase media alta y alta del país, con matrículas que llegan a mil dólares mensuales, pero con la garantía de graduar estudiantes con alto dominio del inglés.



Lo peor del sistema

A pesar de los excelentes resultados académicos, deportivos y artísticos, las críticas al modelo chino vienen por varias razones, el primero que el modelo está basado e la repetición y la memoria, en el libro “The chinese Learner”  de John Biggs afirma que lo que se considera “mala pedagogía” y los buenos resultados constituyen lo que denomina la paradoja china, concluye, que si los países occidentales adoptan el modelo chino, subirán de rango en la pruebas, pero perderán todos los avances que los ha llevado a la modernidad.

El sistema educativo no permite desarrollar el pensamiento crítico, exige responder a los contenidos, desarrollar las habilidades planteadas por el Estado y fortalecer la idea de competitividad y de buenos resultados en los estudiantes. De hecho, consideran que parte del fracaso de Occidente se debe a que se ha ampliado la laxitud en las escuelas, y se ha perdido la autoridad y la exigencia.

No quiere decir que todo lo que pasa en el sistema chino sea malo, de hecho, recuperar a memoria es importante, pues es indispensable para aprender a profundidad, y los contenidos deben volver a ser relevantes, pues un profesor que no sabe del área de conocimiento que enseña no podrá realizar cambios significativos en sus estudiantes ni desarrollar el pensamiento crítico o el aprendizaje significativo. Sin embargo, un sistema como el chino que no piensa en la salud mental de sus estudiantes, en sus derechos, en la libertad, que los reprime y los somete puede ser buen productor de “factorías del conocimiento y del empleo”, difícilmente va a formar seres humanos integrales y felices.