De ratones y hombres sigue en Londres | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Agosto de 2015

Por Emilio Sanmiguel

Especial para El Nuevo Siglo

CERO Y ¡van tres! tres éxitos memorables en la temporada de teatro del National Theatre de Londres. Mañana se transmite la producción de Of mice and men, De ratones y hombres, del norteamericano John Steinbeck (1902 – 1968), sí, el mismo de Las uvas de la ira y Al este del Edén, el mismo que fue galardonado con un Pullitzer en 1940 y que, años más tarde, en 1962, se alzó con el codiciado Nobel de literatura.

Una anécdota…

Francamente no sé si esto es del todo lícito. Pro igual me lo voy a permitir. Como bien se sabe, y quien no lo sepa, pues que se entere, a los periodistas, críticos y comentaristas, algunas entidades hacen lo habido y por haber para facilitarnos el trabajo; lo que en buen romance significa que para la divulgación, o para la crítica, tenemos acceso a los espectáculos.

No vayan a creer que esto es miel sobre hojuelas. Porque la lista de malquerientes y promotores de vetos se engrosa semana tras semana y, a veces, traspasar el umbral de un teatro es todo un acto de valentía. Pero, como digo siempre: esa es otra historia.

Al grano, pues. La semana pasada Cine Colombia convocó para ver la transmisión de Of mice and men, a las normalísimas 9.00 de la mañana Pero como el tráfico de esta ciudad es cualquier cosa, menos normalísimo, un inesperado trancón en una de las avenidas de Bogotá trastocó lo proyectado no permitió un mínimo de puntualidad.

Es decir, entré tarde a la transmisión; con la obvia convicción:

-Esto es como llegar tarde al cine: quince minutos por cortesía, y mutis por el foro, no tiene sentido ver una obra tan importante en estas circunstancias

Pero eso no ocurrió. El intenso diálogo del primer acto, que en medio de la noche californiana sostienen el astuto y soñador George Milton y el ingenuo, bondadoso y mortalmente limitado Lenny Small, me atrapó en cuestión de minutos.

Por eso me permito cometer la indiscreción de relatar un asunto tan personal, adobado por un lugar tan común como los trancones de Bogotá.

Porque realmente la producción del National Theatre de Londres de la obra de Steinbeck, por cierto, producida en una sala de Nueva York,  es una obra

Maestra. Atrapa al espectador en cualquier circunstancia. La coherencia del original, y de la puesta en escena es de tal intensidad, que hasta se encarga de hacernos ver lo que no hemos visto y de entender lo que no hemos entendido…

 

La puesta en escena

 

La narrativa de Of mice and men es lineal, es decir, el autor, y la producción misma, no obligan al espectador a la realización de malabares intelectuales, o pseudo-intelectuales, para poder entender, o pretender que se ha entendido el espectáculo: la escenografía de Todd Rosental es realista, hasta se siente el olor de la barraca de los trabajadores. Las luces de Japhy Weideman resultan  impecables.

Al frente de la producción, obviamente, está la atinada dirección de Anna D. Shapiro, que hace lo suyo con el gusto, la intensidad y la lógica que demanda el original, el movimiento de actores tiene fluidez y el ritmo de la obra no decae, por el contrario, atrapa al espectador, entre otras cosas porque en realidad le hace sentir al auditorio que está inmiscuido en la acción, lo que en un teatro tradicional, como este de Nueva York, no es asunto fácil.

Si Shapiro está al frente de la producción, James Franco y Chris O`Dowd están en el centro de ella. Son el corazón de la puesta en escena, su razón de ser y los únicos protagonistas de ella. Los demás actores-personajes, cuyas actuaciones son impecables, apenas son satélites, de un sistema planetario dominado por George y Lenny.

Por su parte James Franco consigue transmitir esa extraña mezcla del hombre listo y recursivo, pero a la vez, irremediablemente ingenuo y descontento del sistema que aplasta sus ambiciones. Chris O’Dowd le da vida a uno de esos personajes que pueden convertirse en un suculento platillo para actores amantes de la sobreactuación; pero no, no se deja tentar, porque la suya es una actuación honesta, que toca al auditorio hasta lo más hondo de su interioridad… bueno, presumo que su buena cuota en este logro se le debe a la directora…

 

Tres éxitos de diversos calibres

 

Este es el tercer título de una temporada que ha traído a las salas de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga tres producciones absolutamente diferentes. La Medea de Eurípides en una moderna conceptualización, la intensidad dramática del Tranvía llamado Deseo de Tenessee Williams y ahora el drama humano, cargado de profundas críticas al sistema y al establecimiento de este Of mice and men, que se presenta mañana a las 8.00 de la noche y se repite a las 11.00 de la mañana del domingo.

¡No se la pierda!