‘Estrella madre’, el cordón umbilical que desenredó Giuseppe Caputo | El Nuevo Siglo
Giuseppe Caputo, quien es director de la maestría Escritura creativa en el Instituto Caro y Cuervo, es uno de los autores colombianos más destacados por su poesía y gracias a dos novelas publicadas.
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Domingo, 31 de Enero de 2021
Redacción Cultura

Una fusión de poesía, narración, humor y dolor es la fórmula con la que Giuseppe Caputo, uno de los escritores más importantes de Colombia, se lanzó al mundo de las novelas hace un par de años, una apuesta con la que ha sorprendido y conquistado el corazón de sus lectores.

El poeta, quien nació en Barranquilla en 1982, publicó su primera novela Un mundo huérfano en el 2016 y en el 2020 lanzó su segunda obra Estrella madre, con la cual participó en el Hay Festival 2021 en conversación con David Lara.

Caputo, quien fue director cultural de la Feria del Libro de Bogotá, develó en entrevista con EL NUEVO SIGLO los detalles de su más reciente libro, su paso por el festival y su experiencia en la literatura.

EL NUEVO SIGLO: Durante varias ediciones ha participado del Hay Festival, ¿qué representa este espacio para usted?

GIUSEPPE CAPUTO: El Hay Festival, como casi todas las ferias del libro y festivales literarios, me parece que permiten una conversación alrededor de los libros y esta se puede expandir a la experiencia lectora en un encuentro con los entrevistadores, moderadores y lectores. En todas estas conversaciones se expande la lectura individual que ya uno había hecho del libro y se va transformado esa experiencia individual, en una colectiva.

ENS: Este año lo trae al festival 'Estrella madre', su más reciente novela, ¿cómo nació este texto?

GC: Nace a partir del deseo de desenredar el mundo materno, es decir, yo me imagino la relación madre – hijo, en la que uno santifica a la madre y tiene la posición de decir que es una santa, lo cual creo que es algo muy común en países latinoamericanos. Entonces trato de desenredar ese cordón umbilical tan enredado que tenemos en nuestras raíces, esto hablando en términos colectivos, no individuales.

Y también de mirar ese vínculo con más complejidad y sin temor a culpas, a sentir que uno está por el mero hecho de sentir la urgencia, de sacralizar a la madre, sin sentir que uno está cometiendo un acto terrible, sino al contrario, un acto de liberación tanto para las madres como para los propios hijos.

Por ejemplo, aquí en Bogotá para tratar de neutralizar las protestas hace un año o dos, Claudia López decidió que con el Esmad llegaran en la primera línea madres de integrantes del escuadrón, con letreros que decían “Soy su mamá y punto”. Entonces este recurso o esta idea de utilizar a la madre como autoridad máxima me pareció muy reveladora de cómo vemos en nuestros países a la madre.

Ahora, la novela no tiene nada que ver con el Esmad, sino con un hijo que está a la espera de su madre, pero este hijo que puede ser cualquier persona, es un hijo que le ha dado a la madre el lugar de un Dios, un lugar casi santo. Entonces el proceso de este hijo es justamente desacralizar a la madre y en ese proceso él gana y la madre también.

ENS: ¿Cómo es esta madre que dibuja en la novela?

GC: Es una madre que tiene muchos deseos ajenos a la maternidad, es decir, ella no encuentra la realización en la maternidad, entonces ella lo que quiere hacer con su vida es irse a otro lugar y hacer una vida para ella. El problema es el hijo porque no quiere que ella sea algo distinto de ser madre, lo que pasa es que justamente, como nosotros las tenemos tan santificadas, reducimos a las mujeres al rol de madres. Entonces nos han dicho que en la novela ella es una mala madre porque abandona al hijo, pero es que ella no lo abandona, ella se despide de él porque ya es adulto y el problema es el hijo que no ha sabido relacionarse con ella de otra manera.

ENS: ¿‘Un mundo huérfano’, su ópera prima, y ‘Estrella madre’ están unidas de cierta forma por un cordón umbilical?

GC: La experiencia de escribirlas fue muy diferente, porque Estrella madre salió en plena pandemia entonces obviamente el encuentro con los lectores se redujo a la virtualidad. Sin embargo, algo que me parece curioso es que ambas novelas salieron un poquito antes de que pasaran hechos que hablaran de alguna forma de sus temas. Por ejemplo, Un mundo huérfano salió poco tiempo después de que ocurrió esta masacre en el bar gay de Orlando y pues la novela retrata una escena similar; y Estrella madre, que es una novela de un hijo que espera y espera a la madre, salió justo en la pandemia, en la que hay una sensación de vulnerabilidad y de inminencia entre el contagio y la muerte; ha sido la espera y el encierro, lo que la novela también aborda.  

ENS: Tristeza y humor son tal vez los ingredientes más esenciales de estas dos obras, ¿cómo ha logrado mantener un balance de ambos?

GC: Para mí son parte de la experiencia vital, entonces inevitablemente se terminan colando en la escritura. Los personajes de mis novelas pasan por situaciones muy difíciles, bien sean económicas, de violencia y entre otras cosas, lo que se puede hacer es sentir una experiencia tan condenatoria, por eso ahí el humor es clave porque agrieta y la vida deja de sentirse como una condena si hay humor.

ENS: Y la poesía es otro infaltable…

GC: Sí porque creo que los narradores podemos ser poetas. No hago diferencia entre los géneros. Es decir, debemos cuidar la música de la prosa y pensar muy bien las palabras. Para mí no hay sinónimos, como decía Borges, entonces si voy a decir una palabra es porque la he pensado mucho y a la vez he cuidado la música. Por eso a mí no me gusta hacer una separación entre narración y poesía porque los narradores debemos ser poetas.

ENS: ¿Cómo ha sido su experiencia en el mundo de las novelas?

GC: Creo que las novelas permiten un movimiento hacia adentro y afuera, en el sentido de que como hay un paso de tiempo uno puede ver más temporalmente. La escritura es corporal y también la lectura, entonces uno con la novela puede hacer sentir tanto al personaje, al lector, como a uno mismo mientras escribe lo que están viviendo y sintiendo los personajes. La novela permite extender en el tiempo una experiencia sensorial.  

ENS: ¿Qué viene ahora en este 2021 para su carrera?

GC: Estoy dedicado ahora a una maestría de Escritura creativa, en el Instituto Caro y Cuervo, allí soy el director de la maestría y además doy una clase. Por otro lado, quiero iniciar un nuevo proyecto de escritura muy alejado de la infancia, pues Un mundo huérfano y Estrella madre son una forma de mirar las grietas de la casa de la infancia donde crecí y de alguna forma siento que estas dos novelas, aunque creo que uno va a volver siempre, me ayudaron a cerrar algo y por eso quiero hacer otra cosa muy distinta.